Tras el trágico incendio que consumió parte de la Plaza Oasis en el barrio de Tepito, más de 200 familias afectadas, dependientes de la venta de calzado, se han visto obligadas a instalar sus puestos en las calles para continuar con sus ventas. El siniestro, que ocurrió hace cinco días, ha dejado a estos comerciantes enfrentando una dura realidad: reconstruir sus vidas y negocios desde cero.
El olor a plástico quemado aún permea el aire en las cercanías de la plaza. Las calles, ya congestionadas por la temporada alta, ahora están aún más obstruidas por telas extendidas y montones de chanclas y sandalias dañadas por el fuego. “Hay que salir a chingarle, no queda de otra”, comenta un vendedor, quien durante el incendio intentó desesperadamente salvar su negocio.
Algunos comerciantes estiman pérdidas de hasta media tonelada de chanclas, un golpe devastador considerando que en esta época del año suelen recibir más de 10 toneladas de producto. La sorpresa y la confusión también surgen entre los compradores. Pedro, un comprador de Guerrero, comenta sobre la extrañeza de que la plaza no contara con un seguro, a pesar de ser una práctica común en el negocio.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) mantiene la vigilancia en la zona, mientras peritos de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) realizan inspecciones para determinar las causas del siniestro. Los comerciantes afectados prefieren pensar que fue un accidente y no especular sobre otras posibles causas.
Las pérdidas económicas se estiman en más de 200 millones de pesos. Muchos de los comerciantes habían adquirido su mercancía a crédito, lo que agrava su situación financiera. Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, ha brindado apoyo con 50 mil pesos, pero los desafíos para reiniciar son enormes.
El fuego destruyó rápidamente los niveles tres y cuatro de la Plaza Oasis y se teme que las plantas bajas también han sufrido daños significativos. Más de 300 locales quedaron directamente destruidos, afectando a cerca de 480 personas cuyos medios de subsistencia dependían del edificio.
Los comerciantes afectados han sido informados por la fiscalía de que se realizarán un total de cuatro peritajes, de los cuales apenas se ha completado el primero. Se espera que no puedan regresar a sus locales hasta el próximo año, lo que les obliga a seguir trabajando en la calle por el momento.
Esta situación resalta la vulnerabilidad y la resiliencia de los pequeños comerciantes ante desastres imprevistos.
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