LGBT+

Sebastián Vega, el basquetbolista gay que fue bicampeón con su equipo y festejó el título con la bandera del orgullo

Sebastián Vega

Redacción: Fer Valdep 

Sebastián Vega se consagró bicampeón con Boca Juniors en la Liga Nacional y celebró la victoria sentado en el aro y mostrando una bandera arcoíris, un gesto que convirtió el triunfo deportivo en un acto público de visibilización. 

El alero entrerriano había hecho pública su orientación sexual en marzo de 2020 mediante una carta que describió como liberadora. Sin embargo, antes de la publicación de la carta, Vega relató que vivir en secreto le generaba un gran desgaste emocional, pues mantener “dos vidas” con mentiras y con el miedo constante a ser descubierto le provocó aislamiento y un profundo cansancio psicológico. 

Esos retos personales se entrelazaron con dificultades en el ámbito profesional. Vega contó que cada nuevo club implicaba volver a “salir” ante compañeros y entorno, un proceso agotador y repetitivo. Además, en 2022 fue víctima de cánticos homofóbicos durante un partido, un episodio que derivó en la paralización del encuentro y sanciones a los clubes implicados.  

A partir de su salida pública, Vega afirmó que recibió apoyo de su familia y de muchos compañeros, aunque reconoció que la aceptación fue un proceso para quienes lo rodean. Con el tiempo, el jugador se volvió un referente que combina lo deportivo con una postura contra la discriminación y a favor de la libertad para ser uno mismo dentro y fuera de la cancha. 

En los festejos por el título, Vega quiso enviar un mensaje claro: hizo visible su condición al colgarse la bandera LGBT durante la celebración y expresó que el gesto busca motivar a otros atletas a no renunciar a su carrera por la presión social. “Mucha gente ha dejado el deporte por su sexualidad, por no poder con tanta presión. Es momento de que eso empiece a cambiar”, dijo el jugador de Boca Juniors. 

La historia de Vega —que pasó del temor constante y una doble vida a la celebración pública de un campeonato con la bandera del orgullo— puede ser tomada como un impulso para que más deportistas de élite se animen a salir del clóset, contribuyendo así a derribar prejuicios, reducir estigmas y ampliar la libertad dentro del deporte profesional. Su ejemplo muestra que la visibilidad no solo puede transformar carreras individuales, sino culturas deportivas enteras. 

Agregar comentario

Haga clic aquí para publicar un comentario