Redacción: Dania Cruz
Las plataformas como Shein y Temu crecieron han logrado un crecimiento impresionante gracias a sus precios bajos, rapidez en la producción y una estética diseñada para triunfar en redes sociales, no obstante que el fenómeno de ultra fast fashion se cuestione y plantea una pregunta muy importante, ¿Qué estamos sacrificando al consumir de forma tan acelerada, frecuente y económica?
Las plataformas Shein y Temu se han vuelto cada vez más populares en redes sociales, especialmente entre los jóvenes y en países como Argentina, donde vestirse resulta cada vez más costosos y se han ampliado las opciones para comprar y recibir productos del exterior, con ofertas que reúnen las últimas tendencias, precios extremadamente bajos y envíos internacionales, estas plataformas han transformado la manera de consumir en línea, sin embargo pese a su éxito comercial han generado preocupaciones entre los diseñadores independientes, activistas ambientales y organizaciones laborales, quienes alertan que este modelo tan eficiente podría implicar un precio más alto del que aparenta.
Este modelo va más allá del fast fashion convencional, ya no existen colecciones ni temporadas definidas, sino micro tendencias que cambian semana a semana, impulsadas por algoritmos capaces de anticipar nuestros deseos incluso antes de que los expresemos. Shein es explotador en esta modalidad, lanza miles de nuevos productos diariamente donde Temu es su principal rival, añade una lógica de plataforma como incentivos por interacción y un catálogo que abarca mucho más que moda.
La esencia del Ultra Fast Fashion es la rapidez, la producción acelerada, respuesta instantánea y un ritmo constante de consumo, sin embargo, este volumen y velocidad genera serias dudad, se cuestiona la calidad y durabilidad de las prensas al mismo tiempo que crecen las inquietudes sobre las condiciones laborales, especialmente en fábricas subcontratadas, en las diversas organizaciones internacionales han denunciado la falta de claridad en estos procesos. También preocupa el impacto ambiental, el uso intensivo de materias primas, las emisiones generadas por envíos internacionales y la enorme cantidad de residuos textiles, la huella de carbono que deja que este sistema de distribución es prácticamente imposible de medir.
Las plataformas como Shein, Temu y otras plataformas similares transformaron nuestra manera de consumir moda, combinando el uso de datos, una conexión con el público y una estética pensada para viralizarse, sin embargo, su rápido ascenso también plantea la necesidad de repensar el equilibrio entre el deseo de consumir, la facilidad de acceso y la responsabilidad que implica cada elección, la moda puede ser una herramienta de expresión personal pero también representa una decisión ética.
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