Redacción: Amairany Ramírez
En el ajetreo diario, a menudo buscamos historias que nos transporten, nos hagan reflexionar y, sobre todo, nos toquen el corazón. Si es tu caso, permítenos recomendarte una joya cinematográfica que quizás hayas pasado por alto: “Una Cuestión de Tiempo” (About Time). Dirigida por el aclamado Richard Curtis, conocido por su talento en la comedia romántica y el drama, esta película de producción británica va mucho más allá de una simple historia de amor o ciencia ficción. Es una meditación conmovedora sobre la vida, la familia y el valor de cada momento.
La historia arranca con Tim Lake, interpretado magistralmente por Domhnall Gleeson, un joven aparentemente normal que, a los 21 años, recibe una revelación extraordinaria de su padre (interpretado por Bill Nighy). Descubre que todos los hombres de su familia poseen un don singular: la capacidad de viajar en el tiempo. Pero atención, no se trata de cambiar la historia global; su poder tiene una limitación crucial: solo puede alterar lo que ocurre o ha ocurrido en su propia vida. Armado con esta increíble habilidad, Tim decide que usará su don para un propósito muy personal: mejorar su mundo y, sí, encontrar el amor. Sin embargo, como suele ocurrir con los viajes en el tiempo, nada resulta ser tan sencillo como parece.
La trama se complica y se enriquece cuando Tim se muda a Londres para ejercer como abogado y conoce a Mary, una chica preciosa aunque algo insegura, brillantemente encarnada por Rachel McAdams. Se enamoran, pero un giro del destino o más bien, un viaje desafortunado en el tiempo borra por completo el instante mágico en que se conocieron. Esto lleva a Tim a una encantadora y persistente búsqueda para volver a encontrarse con ella. Gracias a un “uso astuto del viaje en el tiempo”, finalmente logra conquistarla, un pasaje que destaca la dulzura y el humor que impregnan la película.
Pero “Una Cuestión de Tiempo” no se detiene en la conquista romántica. La película explora cómo Tim utiliza sus poderes en diversas situaciones de la vida, desde planear la propuesta de matrimonio perfecta hasta salvar el desastroso discurso del padrino en su boda. Incluso intenta evitar un desastre profesional en la vida de su mejor amigo, Harry, un torturado dramaturgo interpretado por Tom Hollander. La película también nos presenta a otros personajes memorables, como Charlotte, el primer amor de Tim, interpretada por Margot Robbie, y un extenso elenco de actores que contribuyen a la riqueza del universo de la película.
El mensaje central es poderoso y resonante: “Una cuestión de tiempo” es una comedia acerca del amor y de los viajes en el tiempo, pero donde se descubre que, quizás, para disfrutar de la vida, no haga falta viajar en el tiempo. Es una invitación a valorar el presente, a apreciar a las personas que nos rodean y a entender que la felicidad reside en los momentos cotidianos, no en la capacidad de rehacer el pasado.
La película, que se estrenó el 18 de octubre de 2013 y fue inscrita para consideración en los Premios Goya, particularmente en la categoría de Mejor película europea, es una experiencia cinematográfica que te dejará pensando mucho después de que terminen los créditos. Es adecuada para un público joven-adulto, aunque contiene clasificaciones por lenguaje soez y sexo.
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