Redacción Marlone Serrano
Los recientes microsismos que han sacudido la capital mexicana no son motivo de alarma, aseguran expertos y autoridades. En un informe emitido por la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), en colaboración con el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), se confirmó que los 17 sismos registrados entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre son parte de la actividad sísmica normal de la región.
Estos microsismos, con magnitudes que oscilan entre 1.0 y 2.9 y profundidades de apenas 1.0 kilómetro, se concentraron en la zona poniente de la Ciudad de México. El sismo más significativo, registrado a las 00:39 h del jueves, alcanzó una magnitud de 2.9. A pesar de su baja magnitud, estos eventos fueron perceptibles para los habitantes debido a su origen superficial.
La CNPC destacó que desde enero de 2019 se han registrado siete microsismos de magnitud similar, situados en la misma área geográfica. Aunque estos sismos menores son seguidos habitualmente por réplicas durante las primeras 24 horas, no representan una amenaza seria ni indican un cambio en el patrón sísmico de la ciudad.
“Estos fenómenos son esperados y forman parte de la sismicidad característica de la Ciudad de México. No hay evidencia de que estos microsismos sean precursores de un evento sísmico mayor”, explicaron desde la CNPC. La agencia reitera que la vigilancia sísmica es constante y que la ciudad está preparada para responder ante cualquier eventualidad mayor.
Este pronunciamiento busca tranquilizar a la población y aclarar que los microsismos, aunque notorios, son eventos menores y comunes en el área metropolitana. Las autoridades continúan monitoreando la actividad sísmica y recomiendan a los ciudadanos mantener la calma y seguir las instrucciones de seguridad habituales.
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