Miguel Tirado Rasso
…por primera vez, o casi, se busca
el voto del pueblo bueno y sabio,
no en favor de la candidata oficial,
sino de quien la eligió como su sucesora,
aunque éste, no aparezca en las boletas.
Con el encabezado “Encuesta: Sheinbaum arrasa en preferencia electoral; saca 30 puntos a Xóchitl”, el periódico El Universal publicó la más reciente encuesta nacional de vivienda que, la empresa Buendía y Márquez, realizó bajo su patrocinio (22-28 de septiembre). Una bomba como noticia, con efectos colaterales diversos.
En el estudio aparecen resultados que, sin duda, impactan, como que el Partido Morena alcanza un 53 por ciento en las preferencias electorales, contra sólo un 21 por ciento que logran sumar juntos los tres partidos de oposición, PAN, PRI y PRD. Tampoco salen bien librados estos partidos en cuanto a la opinión que se tiene sobre ellos, pues entre mala y muy mala, el PAN alcanza un 57 por ciento; el PRI, 66 por ciento, y el PRD, 54 por ciento. En este tema, Morena solo tiene18 por ciento en opinión negativa.
Según esta encuesta a Claudia Sheinbaum la conoce el 68 por ciento de los encuestados, porcentaje que se reduce a 47 por ciento, en el caso de la hidalguense. Y, mientras el 50 por ciento tiene una opinión favorable sobre la ex jefa de Gobierno, únicamente 18 por ciento la tiene respecto de la senadora. En la intención del voto, Sheinbaum se lleva el 50 por ciento, contra 30 por ciento que votaría por Xóchitl.
Otras encuestas que se han publicado coinciden en la tendencia, aunque varían en los porcentajes, la diferencia es la importancia del medio que la patrocina y es lo que ha dado lugar a múltiples interpretaciones.
La simple lectura de estos estudios, podría llevar a concluir que la causa de la oposición está perdida, pero es necesario hacer un análisis más a fondo para lograr una mejor comprensión y la verdadera dimensión de estos resultados.
En primer lugar, habría que destacar que faltan casi ocho meses para la elección y que muchas cosas pueden suceder, todavía, en ese tiempo. Como se ha dicho, las encuestas sólo son la fotografía de un momento, que, desde luego sirven para revisar y hacer ajustes a las estrategias de campaña, pero no son determinantes del resultado final. Como diría el clásico, ahora aspirante al gobierno de la CDMX, sirven para lo que sirven y no sirven para lo que no sirven.
En el tema del conocimiento de los encuestados sobre las candidatas, hay que tomar en cuenta factores como el tiempo que llevan realizando actividades proselitistas. Mientras que la ex jefa de Gobierno prácticamente empezó su campaña desde el día que la etiquetaron como corcholata, el 5 de julio de 2021, esto es, hace poco más de tres años, a la senadora Xóchitl se le empezó a mencionar como posible aspirante a la candidatura presidencial hace cinco meses, en el mes de mayo de este año. La diferencia en tiempo de auto promoción es abismal.
Los resultados de la metralla dura y constante que la candidata de la oposición ha recibido desde Palacio Nacional, se reflejan en las opiniones desfavorables y, consecuentemente, en la intención del voto. Las mañaneras han sido el mejor y más eficiente método de propaganda del gobierno y también una muy eficaz fórmula para denostar y descalificar a quienes considera sus enemigos.
En estos tiempos de percepciones, las encuestas sirven para confundir y, con resultados como los de la encuesta de El Universal, se aprovechan para desalentar y desmotivar a los simpatizantes de quién aparece abajo en los números. Habrá otros estudios, tendenciosos, por supuesto, para crear la percepción de que el triunfo de Morena es inevitable. Esto, como parte de la estrategia de campaña del partido oficial, y así hay que interpretarlos.
En las elecciones para gobernador en el Estado de México, la estrategia fue, desde el inicio de la contienda, manipular encuestas con números inflados favorables a la candidata de Morena sobre su oponente, con diferencias hasta de 20 puntos. Entre otros factores, el de estas encuestas a modo funcionó, pues muchos electores que apoyaban a la candidata de la Coalición Va por el Edomex, no acudieron a las urnas, precipitando la derrota de su candidata. Por cierto, en esa elección, la encuesta de El Universal señalaba una ventaja de 18 puntos en la intención del voto favorable a la morenista, cuando su triunfo fue por menos de 8 puntos.
No ayuda decir que la candidata Xóchitl se desinfló porque su popularidad no ha continuado creciendo a la misma velocidad del principio. No hay manera que siga subiendo como espuma, porque ahora le toca penetrar en círculos más demandantes a los que tiene que persuadir con propuestas, con programas y no, nada más, con ingenio y ocurrencias.
La senadora Xóchitl tiene el reto de convencer de ser la mejor opción por su capacidad, profesionalismo, personalidad, vocación y compromiso. Una ventaja, sobre la candidata oficial, quien esconde su personalidad, oculta su capacidad, disimula su candidatura y renuncia a formular propuestas propias, para mostrarse a imagen y semejanza de su gran elector. Porque, por primera vez, o casi, se busca el voto del pueblo bueno y sabio, no en favor de la candidata oficial, sino de quien la eligió como su sucesora, aunque éste, no aparezca en las boletas.
Octubre 12 de 2023
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