Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
Tras el reporte del Wall Street Journal, la presidenta aclara que las recientes extradiciones responden a protocolo y no a una estrategia programada.
La Ciudad de México arrancó la semana con un mensaje directo desde Palacio Nacional, donde la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo respondió a la polémica generada por una publicación del The Wall Street Journal (WSJ). El medio estadounidense aseguró que México estaría preparando un nuevo envío masivo de narcotraficantes a Estados Unidos, similar a los operativos de extradición que marcaron los últimos meses.
Durante su conferencia matutina del lunes, Sheinbaum negó categóricamente que exista un plan inmediato para repetir una operación de esa magnitud. Sin embargo, sus declaraciones también dejaron abierta la posibilidad de que este tipo de acciones puedan retomarse “más adelante”, dependiendo del avance de investigaciones y los acuerdos vigentes entre ambos países.
Sheinbaum explicó que las extradiciones recientes no responden a un cambio de política o a una estrategia particular del Consejo de Seguridad Nacional, sino que forman parte de un protocolo establecido desde hace años. Dicho protocolo, puntualizó, se activa únicamente cuando las personas detenidas en México no enfrentan cargos dentro del país, motivo por el cual se les transfiere al sistema judicial estadounidense.
“Eso es lo que ha ocurrido”, afirmó ante los cuestionamientos de la prensa, subrayando que ninguna extradición masiva se lleva a cabo sin revisar previamente el estatus legal de cada detenido. También aclaró que, al interior del gobierno federal, no se ha discutido ningún operativo extraordinario que coincida con lo señalado por el WSJ.
No obstante, cuando se le preguntó si este tipo de movimientos podrían repetirse en un futuro, Sheinbaum ofreció una respuesta prudente: “Eso no quiere decir que no vaya a ocurrir después”, una frase que, si bien reafirma que no existe un plan inmediato, también reconoce que las extradiciones seguirán siendo una herramienta activa en la cooperación bilateral México–Estados Unidos.
El intercambio de detenidos forma parte de una relación de seguridad compleja entre ambas naciones, especialmente en temas vinculados al crimen organizado y al tráfico de drogas. En los últimos meses, diversos operativos han derivado en la captura de figuras relevantes dentro de distintos cárteles, lo cual ha aumentado la presión internacional para acelerar procesos judiciales.
Por su parte, el reporte del WSJ generó especulación sobre una supuesta estrategia ampliada del gobierno mexicano ante la administración estadounidense. Sin embargo, hasta el momento, la Presidencia sostiene que no existe ningún plan previo, solo la aplicación normal de los mecanismos de colaboración judicial.
Con esto, Sheinbaum busca cerrar una narrativa que podría interpretarse como un alineamiento automático a intereses extranjeros. Mientras tanto, el país permanece atento a cómo evolucione la cooperación en seguridad durante los próximos meses, especialmente conforme se desarrollen nuevos casos relevantes dentro del sistema penal mexicano.
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