Redacción: MaJo Gutiérrez
El habitante Abelito vivió una de las noches más emotivas en La Casa de los Famosos al recibir una doble sorpresa que finalmente le hizo justicia. Tras la polémica de la semana anterior, donde ganó una llamada cuyo beneficio fue desviado a Guana, el comediante Daniel Sosa intervino para enmendar la situación. El momento se produjo durante un debate sobre las cajas del destino, cuando el teléfono rojo sonó y Mar Contreras corrió al confesionario. Por otro lado, Sosa pidió hablar con Abelito y, tras confesarle su inconformidad por lo ocurrido, le anunció una gran sorpresa en la puerta del jardín.
El zacatecano corrió de inmediato al patio, justo cuando sus padres, Abel y Cristina Sáenz, hacían su entrada triunfal a la casa. La efusividad del reencuentro fue palpable: Abelito cargó a su padre en vilo y no paró de abrazar y besar a su mamá, gritando de emoción: “¡Gracias, gracias, mi chulo!”. Tras reponerse, sus padres saludaron al resto de los habitantes. La señora Cristina compartió un conmovedor mensaje: “Yo estoy muy agradecida con ustedes, porque han aceptado a mi hijo y mi hijo se ha acoplado a ustedes; de verdad es una inmensa alegría y mi gratitud, porque somos de talla bajita, pero tenemos una gran inteligencia”, antes de que Abelito los guiara en un recorrido.
La alegría familiar se extendió durante la velada, pues La Jefa les tenía preparada una sorpresa más: los señores Sáenz se quedarían a cenar. La cena consistió en unos típicos tacos al estilo Zacatecas. Antes de probar los alimentos, Abelito pidió permiso para bendecirlos, marcando un momento íntimo y de respeto dentro del reality. Entre anécdotas y risas, los habitantes disfrutaron la convivencia, que terminó con una reunión alrededor de la fogata. Finalmente, el emotivo encuentro concluyó con la despedida de Abel y Cristina, quienes, entre abrazos y agradecimientos, dejaron a su hijo y a los demás habitantes felices y conmovidos.
Por otra parte, la noche también trajo consigo tensión y estrategia con el juego por la moneda del destino, cuyo mayor premio eran 50 mil pesos. Después de que se revelaran las nominaciones del miércoles, se anunció el reto. La búsqueda se tornó caótica hasta que La Jefa dio la pista de que la moneda estaba escondida en el patio, “en el sitio donde más tiempo pasan”. El desorden se apoderó del jardín, y aunque Aldo de Nigris, Abelito y Dalílah tuvieron en sus manos el cojín que la ocultaba, fue Polanco quien logró quedarse con la Moneda. Con el pase para abrir las cajas del destino, Dalílah (apodada “Sor Dalilah” en la casa) arriesgó con astucia: pasó de un tazón de gomitas a 5 mil y luego a 15 mil pesos, hasta que, en su cuarta elección, encontró los ansiados 50 mil pesos, desatando la felicitación de sus compañeros.
UNIVERSO CDMX
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