Redactor: Daniel Lee
Las paredes no detienen el orgullo. Este año, el Reclusorio Preventivo Varonil Norte se convirtió en escenario de una de las celebraciones más emotivas y poderosas: la Marcha del Orgullo y la Diversidad Sexual 2025, un evento que dejó claro que la lucha por la dignidad y el respeto no tiene fronteras, ni siquiera las de un centro penitenciario.
Más de 60 personas privadas de la libertad, pertenecientes a la comunidad LGBTTTIQ+, marcharon entre globos, banderas multicolor, coronas y música. Lo hicieron no solo para celebrar quiénes son, sino para exigir lo que siempre les ha sido negado: trato digno, respeto e igualdad de oportunidades.
Entre los invitados especiales estuvo el cantante Christian Chávez, exintegrante de RBD, quien no solo se presentó, sino que compartió escenario con las personas en reclusión, reviviendo con ellos himnos de libertad y resistencia. La icónica Drag Queen Miss Diamond y activistas de la organización INSADE también acompañaron esta jornada de orgullo, donde se ofrecieron pruebas rápidas de VIH y se repartieron bolsas conmemorativas.
En un gesto simbólico y festivo, fue coronada la Reyna Gay 2025 del Reclusorio Norte, demostrando que incluso tras los muros, la celebración de la identidad y la diversidad se abre paso.
Las autoridades de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario destacaron que este tipo de eventos son parte de una estrategia integral para combatir la discriminación y garantizar los derechos humanos de las personas privadas de la libertad. No es un acto aislado: es un paso firme hacia una reinserción social con dignidad y sin prejuicios.
Porque el orgullo también vive en los lugares más olvidados. Porque la diversidad resiste, incluso donde muchos creen que no tiene espacio.
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