Redacción: Inés Arroyo
En los últimos dos años, el sector vivienda en México ha mostrado una tendencia preocupante: mientras los precios siguen al alza, la construcción de nuevas unidades ha disminuido. En 2023 se edificaron 130,995 viviendas; en 2024, apenas 128,147. Es la cifra más baja en una década. Entre los factores principales se encuentran el encarecimiento de materiales, la inflación acumulada y las altas tasas hipotecarias.
No obstante, durante la primera mitad de 2024 se observó un repunte del 14.1% en el inicio de obras respecto al mismo periodo del año anterior. Este crecimiento se concentró principalmente en vivienda social y tradicional, que representa más del 75% del total, según datos de la Canadevi.
Aumento de precios y contrastes regionales
El precio promedio nacional de una vivienda fue de 1.74 millones de pesos en 2023. En el primer trimestre de 2024, se registró un aumento anual de 9.5%, situándose en 1.736 millones. Aunque este incremento fue menor al del año anterior (10.9%), sigue siendo considerable.
Los estados con mayores alzas fueron Baja California Sur (13.3%), Quintana Roo (12.3%) y Querétaro (11.7%). La Ciudad de México mostró un crecimiento más moderado de 5.8%, pero mantiene el precio promedio más elevado del país: 3.86 millones de pesos.
Por tipo de vivienda, en 2024 los incrementos fueron: económica-social, 10.6%; media-residencial, 8.9%; vivienda usada, 9%. Este panorama dificulta el acceso a la vivienda para los sectores con menores ingresos.
Financiamiento: más créditos, menos monto
Durante 2024, el número de créditos hipotecarios creció un 11.4%, aunque el monto total disminuyó 2.2%. Infonavit y Fovissste reportaron un incremento del 18% en créditos y del 17.6% en montos. Las tasas hipotecarias se mantuvieron elevadas, entre 11.5% y 11.6%.
De acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal, el 25% de las viviendas se vendieron por hasta 692,020 pesos; la mediana fue de 1,040,595; y el 75% costó menos de 1,943,000 pesos.
Rezago estructural y política pública
México enfrenta un déficit de más de 9 millones de viviendas. Más del 60% fueron construidas por sus propios habitantes, sin apoyo técnico ni financiamiento adecuado.
Ante este panorama, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó en octubre de 2024 un programa nacional con metas concretas: construir un millón de viviendas sociales, entregar otro millón de escrituras, recuperar 600,000 unidades abandonadas y mejorar 450,000 más. Además, se contempla la entrega de 300,000 créditos accesibles. El presupuesto estimado asciende a 600 mil millones de pesos hacia 2030.
Hasta mayo de 2025 se habían iniciado 186,000 viviendas nuevas, regularizado un millón de propiedades y recuperado 600,000 unidades.
Riesgos y presiones del mercado habitacional
La inseguridad y la economía informal afectan directamente al sector. En Culiacán, Sinaloa, las ventas de vivienda cayeron 70% tras hechos de violencia, lo que provocó cancelaciones de proyectos y remates de propiedades adquiridas con recursos de origen ilícito.
En ciudades como la capital del país, el crecimiento de plataformas como Airbnb ha contribuido a la elevación de precios de renta, desplazando a residentes y limitando la oferta disponible.
El acceso a la vivienda en México sigue siendo limitado. Si bien se observan avances en políticas de vivienda social y un aumento en la entrega de créditos, los precios continúan por encima de las posibilidades de muchas familias. La autoconstrucción y la informalidad persisten como alternativa para millones. El gran reto del gobierno será traducir sus planes en resultados tangibles que garanticen vivienda digna y asequible para todas y todos.
¿De qué sirve construir más si millones siguen sin poder pagar una vivienda digna?
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