Por Ricardo Burgos Orozco
En los sexenios anteriores a la llegada de Andrés Manuel López Obrador en 2018, se acostumbraba que los presidentes de la república hicieran el anuncio de su nuevo gabinete unos días antes de la toma de posesión, aunque ya desde meses antes, con el triunfo en los comicios y la calificación del Tribunal Electoral, estaban trabajando en sus proyectos respectivos.
Con AMLO fue diferente porque él designó a las personas que lo iban a acompañar desde antes de ganar las elecciones, el 14 de diciembre de 2017, sobre todo tomando en cuenta la ventaja tan amplia que tenía en las encuestas que se llevaba de calle a Ricardo Anaya Cortés, del PAN; José Antonio Meade Kuribreña, del PRI, y Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, independiente.
Claudia Sheinbaum Pardo ha impuesto una moda con el anuncio cada jueves de los nombres de su Gabinete. Los primeros causaron un impacto muy positivo: Marcelo Ebrard Casaubon, en Economía; Rosaura Ruiz Gutiérrez, en la nueva Secretaria de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación; Alicia Bárcena, como secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Juan Ramón de la Fuente, en Relaciones Exteriores; Julio Berdegué, en Agricultura, y Ernestina Godoy, como consejera jurídica de la presidencia de la república.
El segundo bloque también fue bien recibido con Raquel Buenrostro, en Función Pública; David Kershenobich, en Salud; Edna Elena Vega, en Desarrollo Urbano, Territorial y Agrario; Jesús Antonio Esteva en Infraestructura, Comunicaciones y Transportes; Luz Elena González, en Energía; Rogelio Ramírez de la O, en Hacienda y Crédito Público.
El tercer bloque anunciado desmereció bastante por el nombramiento de Mario Delgado Carrillo como secretario de Educación Pública. Él es todavía presidente de Morena, que ya sabemos ganó las elecciones del pasado 2 de junio y por supuesto, merecía un premio a su trabajo y lealtad, pero el líder morenista carece de la experiencia y capacidad suficiente para dirigir una institución tan grande y compleja como la que le asignó Claudia Sheinbaum.
Es cierto que Mario Delgado fue secretario de Educación del Distrito Federal por un corto tiempo y en un paso nada brillante cuando era jefe de gobierno Marcelo Ebrard, quien era protector del ahora designado secretario federal. El próximo titular de la SEP tuvo una efímera experiencia de año y medio en Educación de la capital del país, del 1 de agosto de 2010 al 28 de marzo de 2012 y no se puede comparar el tamaño de una y otra dependencia y las problemáticas que librará. De entrada, tiene que enfrentarse con los “profesores” de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, y al mismo tiempo con el Sindicato, que también es una olla de grillos y que manejan alrededor de millón y medio de maestros a nivel nacional.
También tendrá que resolver las necesidades de 30 millones de estudiantes de todos los niveles, desde educación inicial hasta superior, con los conflictos que se dan diario en educación básica, no sólo de los alumnos, sino de los padres de familia; el deterioro de la infraestructura escolar y la burocracia de los procesos administrativos que son una carga demasiado pesada y ningún funcionario los ha podido solventar de buena manera.
Tuve la oportunidad de conocer a Mario Delgado algunas veces que acudió a las reuniones de secretarios de Educación del país. Yo trabajaba en comunicación social de la SEP. Me dio la impresión en aquellas ocasiones que no entendía de lo que se estaba tratando. Su perfil es más de financiero; fue secretario de Finanzas del gobierno de la Ciudad de México y creo que ahí no lo hizo mal.
Rosa Isela Rodríguez Velázquez, secretaria de Gobernación a partir del 1 de octubre, ha sido una funcionaria muy eficiente, tanto con López Obrador como con Claudia Sheinbaum cuando fue jefa de gobierno de la Ciudad de México. Ahí nada que decir, al igual que de Ariadna Montiel, confirmada como secretaria de Bienestar, y Omar García Harfuch, en Seguridad y Protección Ciudadana, el más anunciado de los movimientos de la virtual presidenta electa.
A final de cuentas, el prietito en el arroz del Gabinete de Claudia Sheinbaum es hasta ahora Mario Delgado Carrillo, aunque le podemos dar el beneficio de la duda. Ya veremos cómo resulta a partir del 1 de octubre del presente año.
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