Ciudad de México. El general Felipe Ángeles y su esposa, Clara Krause, se enviaron cartas de amor y despedida poco antes de morir, él fusilado y ella lejos de México, ambos en 1919. Ninguno alcanzó a leer el texto del otro. A 105 años de su fallecimiento está en marcha un proceso para repatriar lo restos de ella y reunirlos en Pachuca con los del prócer revolucionario.
María Eugenia Ángeles Sánchez (Ciudad de México, 1945), nieta del héroe de la Revolución mexicana, señaló a La Jornada que desde abril trabaja en la repatriación de los restos de su abuela con el artista Rodrigo Ímaz y el cineasta Juan Romo, además de familiares del militar.
Sobre Felipe Ángeles, de quien se inscribió su nombre en letras de oro en el Senado de la República, la entrevistada comentó: Me da mucho gusto que lo reconozcan porque fue un gran patriota y sacrificó por ello hasta a su familia.
Y sobre Clara Krause dijo: El sacrificio de ella es muy loable. La reconozco mucho porque tuvo que sacar a sus hijos adelante, sola. Mi abuelo no era muy ambicioso. No se enriqueció con la Revolución. Cuando se fueron a Estados Unidos en 1915 se ve que batallaron mucho. Todas esas mujeres muchas veces sacrificaban demasiado y nunca se les reconocía.
Ángeles Sánchez refirió que existen varios proyectos en torno a la repatriación. Según ella, hasta el mes pasado el gobierno de Hidalgo, donde su abuelo nació, estaba decidiendo cuál era el proyecto concreto. “Una de mis sobrinas, que estuvo en la ceremonia en Estados Unidos, me informó que el cónsul dijo que probablemente fuera en agosto que trajeran las cenizas.
Mi abuelo está en el cementerio de Pachuca. Seguramente lo van a exhumar también y van a hacer un monumento. Está en la Rotonda de los Hidalguenses Ilustres, que es muy chiquita y creo que está dañada. Pachuca sería un buen lugar porque él era de Zacualtipán, pero está un poquito más retirado y más complicado que la capital. En ese pueblo se erigió el Museo Casa de Felipe Ángeles.
Ímaz y Romo están haciendo el guion cinematográfico La noche de Ángeles, a partir de la novela homónima del escritor Ignacio Solares. Ángeles Sánchez narró: Al estar investigando la historia y los destinos de Clara y de Felipe se les ocurrió traerlo. Ya en 2011, una sobrina me había propuesto que la tumba de la abuela en Nueva York estaba muy destruida y que por qué no la traíamos a México.
Añadió que le pareció una excelente idea y posteriormente empezaron a conseguir toda la información necesaria y ellos mismos se comunicaron con la Secretaría de Relaciones Exteriores y con el cónsul de México en Nueva York, Jorge Islas.
Además, obtuvieron el permiso judicial en Estados Unidos para exhumar el cuerpo de Clara Krause del cementerio Calvary, en Nueva York. Ya con los restos mortales se realizó una ceremonia, el jueves pasado, en la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe.
La hija del primogénito de Felipe de Jesús Ángeles Ramírez (Zacualtipán, Hidalgo, 1868-Chihuahua, Chihuahua, 1919) recordó que éste tuvo una muy buena relación con Francisco Villa: Siempre se tuvieron un enorme respeto. Y los zapatistas también lo respetaron mucho.
Debido a que la Revolución mexicana separó a la familia de Ángeles, “no tuve oportunidad de conocer ni a mi papá ni a mi abuelo. Mi padre, Alberto Ángeles, murió muy joven. De la familia muchos se quedaron en Francia, otros en Estados Unidos, y así, regados por todos lados. Me crié con la familia de mi mamá y vine a conocer al resto ya grande.
A raíz de que se van a traer los restos, tuvimos que conseguir actas de nacimiento de toda la familia, de nacimiento y de fallecimiento. Gracias a eso, ahora vamos a tener mucha más información genealógica, aunque la mayoría de los documentos están probablemente en la Fundación Ángeles, que dirige César Gómez Ángeles.
Informó que Felipe Ángeles y Clara Krause se casaron en 1896 en la iglesia de la Santa Veracruz, en la calle Hidalgo del Centro Histórico. Tenían casi la misma edad. Tuvieron cuatro descendientes: el mayor Alberto, los cuates Felipe y Julio, e Isabel, la única mujer.
Ángeles Sánchez relató que sus abuelos “se querían mucho, pero convivían muy poco, y luego se separaron por la Revolución.
Recordó que sobre su abuelo le contó un familiar que convivió con él cuando tenía 15 años y lo acompañó en la Revolución. “A través de él he tenido anécdotas que le contaba mucho; por ejemplo, que el deporte era esencial para la salud y para el bienestar; que inculcaba mucho el estudio, el humanismo con el prójimo y la justicia.
Ángeles era maderista y con Madero hizo una amistad muy grande. Él vivía en una casita que está al lado del Castillo de Chapultepec y todos los días cabalgaban juntos. Luego él lo hizo director del Colegio Militar. Estuvieron muy cerca, intercambiaban muchos pensamientos y tenían mucha afinidad, sobre todo en su manera de pensar la democracia.
FUENTE: LA JORNADA
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ
Agregar comentario