Redacción: Andrea Zamora
El organismo encargado de organizar los comicios en México dio el primer paso hacia una innovación que podría transformar la forma en que los ciudadanos emiten su sufragio.
El Instituto Nacional Electoral (INE) anunció que comenzará un análisis profundo para evaluar la aplicación del voto electrónico vía internet, con un modelo inspirado en el mecanismo que funciona para los mexicanos residentes en el extranjero.
Este estudio tiene su origen tanto en demandas de la ciudadanía como en un mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que instó al INE a explorar esta modalidad. Como primer paso, se convocará una reunión de especialistas en voto por internet el próximo 7 de noviembre.
¿Qué implica este análisis?
Durante la sesión ordinaria de la Comisión de Organización Electoral, los consejeros destacaron varios retos fundamentales. El representante del partido Morena, Jaime Castañeda, enfatizó que el documento de procedimiento aún carece de datos básicos como la viabilidad técnica, el costo y el análisis de riesgo. “Aunque está toda la mesa puesta, todavía no se ve qué se va a servir, lo cual nos genera preocupación”, apuntó.
El consejero Jaime Rivera sostuvo que un sistema de voto digital de alcance amplio requeriría no solo cambios reglamentarios, sino una reforma legal, además de garantías estrictas para la identificación del votante y protección contra ataques cibernéticos. La consejera Dania Ravel subrayó que la secrecía del voto y la inclusión de personas en situación de vulnerabilidad deben considerarse sin excepción.
¿Por qué se habla ahora de voto electrónico?
El ejercicio del voto por internet no es idea nueva en México. El INE ya ha venido explorando alternativas, organizando foros donde expertos nacionales e internacionales analizaron los desafíos de este sistema: seguridad, transparencia, auditabilidad y esfuerzos de modernización del sistema electoral. El objetivo declarado es que la tecnología pueda acercar más ciudadanos a participar, mejorar la eficiencia y reducir costos sin debilitar los principios de la democracia.
Los retos que persisten:
- Seguridad y ciberataques: garantizar que la plataforma de votación no sea vulnerable a hackeos o manipulación.
- Coacción del voto: un formato remoto o digital puede aumentar el riesgo de que se presione al votante lejos del entorno controlado de una casilla.
- Identificación del votante e integridad: rastrear electrónicamente que quien emite el sufragio sea realmente la persona permitida, y mantener el anonimato del voto.
- Marco legal: se requieren reformas más allá de la reglamentación, pues la transformación afecta la esencia del sufragio.
El INE planteó que, tras el análisis de viabilidad y la reunión con especialistas, podría arrancarse un piloto o una fase inicial con grupos reducidos antes de ampliarse a toda la población. Esto permitirá medir qué tan preparados están los sistemas, la capacitación del personal y la confianza ciudadana.
En definitiva, aunque la idea de votar desde casa o desde cualquier lugar conectado a internet representa una posibilidad de modernización para México, el camino aún está lleno de preguntas por resolver. La jornada apenas comienza, y será necesario equilibrar innovación, seguridad y equidad para que el voto electrónico se implemente con éxito.

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