Redacción: Naomi Vargas
El bajista y miembro fundador de Limp Bizkit falleció a los 48 años, dejando un profundo vacío entre sus compañeros y seguidores. La banda aún no confirma si su concierto en México continuará como estaba programado.
El mundo del rock alternativo se viste de luto tras la muerte de Sam Rivers, bajista y uno de los fundadores de la banda estadounidense Limp Bizkit, ícono del nu metal de finales de los noventa. La noticia fue confirmada el sábado 19 de octubre por la agrupación a través de sus redes sociales, donde dedicaron un mensaje lleno de emotividad a su compañero:
“Hoy perdimos a nuestro hermano, a nuestro pulso, al alma detrás de cada canción. Sam Rivers era magia pura”, escribió el grupo.
Rivers, reconocido por su estilo potente y su presencia escénica, fue una pieza clave en la identidad musical de Limp Bizkit, banda que marcó una generación con éxitos como Break Stuff y Rollin’. Su influencia en el bajo aportó la energía que caracterizó el sonido agresivo y melódico de la agrupación, que fusionó rap, metal y rock alternativo.
Aunque la banda no ha confirmado las causas del fallecimiento, varios medios internacionales informaron que el músico enfrentaba problemas hepáticos derivados del consumo de alcohol, enfermedad que lo obligó a alejarse de los escenarios en 2015. En entrevistas pasadas, Rivers había hablado abiertamente de su lucha y de cómo un trasplante de hígado en 2017 le permitió regresar a tocar con la banda un año después.
Fred Durst, vocalista principal de Limp Bizkit, publicó un video recordando su amistad con Sam: “Desde el primer día en aquel pequeño club en Jacksonville supe que tenía algo único. Tenía la capacidad de sacar tristeza hermosa de las cuerdas. Su talento no se puede explicar”.
El fallecimiento del bajista llega justo antes de que la banda iniciara su gira latinoamericana “Loserville”, con fechas programadas en varios países, incluido México el 29 de noviembre en la Explanada del Estadio Azteca. Hasta el momento, la agrupación no ha emitido un comunicado sobre posibles cambios o cancelaciones, por lo que el concierto se mantiene confirmado.
Rivers formó parte del nacimiento del nu metal junto con bandas como Korn y Deftones, impulsando un estilo que definió a toda una época. Con más de 40 millones de discos vendidos, Limp Bizkit sigue siendo una de las agrupaciones más representativas del género.
La comunidad musical ha reaccionado con mensajes de cariño y despedida, destacando el legado de un artista que transformó la manera de entender el bajo dentro del metal moderno. “Sam fue único. Un verdadero genio en su instrumento. Su música seguirá viva en cada riff y en cada escenario”, escribió Wes Borland, guitarrista del grupo.
El legado de Sam Rivers trasciende los escenarios. Su historia es la de alguien que, aun en medio de la adversidad, regresó a hacer lo que más amaba: tocar. Hoy, sus compañeros, amigos y fans lo despiden con la certeza de que su sonido quedará grabado en la historia del rock.
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