Redacción: Raquel García
El sistema de salud pública en México se prepara para una de las transformaciones más profundas de su historia con la creación de un Sistema de Salud Nacional único. La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que este ambicioso proyecto integrará los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y el IMSS-Bienestar. Para lograr esta unificación, se implementará un nuevo documento obligatorio para todos los ciudadanos: una credencial única que funcionará como la llave de acceso universal a la atención médica.
La pieza central de esta reforma es la creación de un registro nacional que comenzará en enero de 2026. Durante este proceso, cada mexicano y mexicana será inscrito en el nuevo sistema y recibirá una credencial personalizada. Este documento no será solo una identificación, sino que integrará el historial médico de cada persona, permitiendo que la información clínica pueda ser compartida de manera segura y eficiente entre las distintas instituciones. El objetivo es eliminar las barreras burocráticas y administrativas, garantizando la continuidad de la atención.
La meta final del gobierno es que, a partir del año 2027, una parte significativa de los padecimientos y tratamientos puedan ser atendidos en cualquier hospital o clínica de la red pública, ya sea del IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar. Esto significa que un derechohabiente del ISSSTE podría recibir atención en una unidad del IMSS si esta se encuentra más cerca o cuenta con la especialidad requerida y viceversa.
Este proyecto de unificación representa un desafío monumental en términos de logística, tecnología y finanzas. Requerirá una inversión considerable en la modernización de la infraestructura digital para asegurar que los sistemas de las tres instituciones puedan comunicarse entre sí de manera efectiva y, sobre todo, protegiendo la confidencialidad de los datos personales de los pacientes. Asimismo, implicará una reestructuración de los procesos administrativos y una capacitación exhaustiva del personal de salud para adaptarse a este nuevo modelo de atención integrada.
El anuncio de este nuevo documento obligatorio y la creación del Sistema de Salud Nacional marcan el inicio de una nueva era para la salud pública en México. La iniciativa tiene el potencial de transformar radicalmente la experiencia de millones de mexicanos al interactuar con los servicios médicos. Si bien los desafíos son grandes, la promesa de un sistema de salud verdaderamente universal, donde la atención dependa de la necesidad y no de la afiliación, representa una esperanza de mayor bienestar para toda la población.
UNIVERSO CDMX
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