Redacción: Raquel García
Popularizada para el hogar, la técnica del ‘decluttering’ se ha extendido al campo de la psicoterapia como una herramienta para liberar la mente de cargas emocionales, superar bloqueos y hacer espacio para la felicidad.
A lo largo de la vida, las personas acumulamos una infinidad de cosas que van más allá de lo material; los pensamientos y recuerdos también ocupan un espacio vital dentro de nuestra mente. Si bien este proceso es inevitable y a menudo necesario, no todo lo que guardamos conserva su utilidad para siempre. Con el tiempo, ciertos hábitos, objetos y recuerdos dejan de aportar algo positivo y se convierten en barreras que nos impiden avanzar y alcanzar la felicidad. Es aquí donde surge el concepto de ‘decluttering’, una práctica fundamental para aprender a deshacernos de aquello que ya no nos sirve y recuperar nuestro bienestar.
El término ‘decluttering’, que en inglés significa “dejar ir” o “liberar espacio”, fue popularizado en años recientes con relación a la organización del hogar, sin embargo, ha trascendido al ámbito emocional y psicológico. La psicoterapeuta Chiara Alfano explica que el decluttering se utiliza en la psicoterapia con el objetivo de aprender a soltar ideas, prejuicios, reglas y modelos que en el pasado fueron útiles, pero que en el presente resultan limitantes para nuestra mente.
Aprender a soltar es un acto de cuidado personal, no de fracaso. Aquello que mantenemos en nuestra mente sin que nos aporte nada positivo se convierte en una pesada carga que nos impide crecer. El decluttering esun paso indispensable para hacer espacio a la paz interior con el objetivo de encontrar la felicidad.
Sin embargo, soltar y dejar ir “a veces puede parecer una tarea titánica”, añade Alfano. Existen varias razones por las que nos aferramos a pensamientos y situaciones que ya no nos benefician: una de ellas es el deseo de sentirnos protegidos, ya que mantener las cosas como están nos da una ilusión de estabilidad. Otra causa es el miedo al cambio, que muchas veces percibimos como una amenaza porque implica adentrarnos en lo desconocido. Además, dejar atrás algo o a alguien puede generar una sensación de vacío o pérdida, y enfrentar ese dolor suele ser difícil.
Liberarse de estos temores y aprender a soltar el control trae consecuencias muy positivas para la mente. Según la guía espiritual Adela Pastor, cuando aprendemos a poner orden en nuestros pensamientos obtenemos claridad interior, lo que facilita tomar decisiones con serenidad. También mejora la calidad de nuestras relaciones, pues al dejar atrás rencores y expectativas irrealistas surge un espacio para vínculos más auténticos. De igual modo, al liberar tensiones mentales recuperamos energía y bienestar físico, reduciendo síntomas como el insomnio o el estrés. En última instancia, este proceso libera nuestra mente y nos permite conectar con una sensación más profunda de equilibrio, alegría y plenitud.
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