En el vasto espectro del movimiento feminista, los colores se convierten en símbolos poderosos que trascienden las barreras lingüísticas y culturales, comunicando mensajes de resistencia, solidaridad y esperanza. Desde el morado hasta el naranja, cada tonalidad lleva consigo una historia de lucha y reivindicación. Aquí te contamos el origen y significado detrás de los colores morado, verde, rosa y naranja en el contexto del feminismo a nivel internacional.
Morado:
El morado, o violeta, se erige como uno de los colores más emblemáticos del movimiento feminista. Su uso se remonta a un trágico suceso ocurrido en 1911 en Nueva York, cuando un incendio en la fábrica textil Shirtwaist Co. cobró la vida de numerosas trabajadoras, muchas de ellas migrantes. Las llamas, teñidas de morado, visibilizaron las terribles condiciones laborales y la injusticia enfrentada por las mujeres en ese entonces. Desde entonces, el morado se adoptó como un homenaje a esas valientes trabajadoras y como un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres.
Verde:
El verde emerge como el color asociado a la lucha por el aborto seguro, gratuito y legal, así como a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Este color se popularizó como símbolo durante la marcha a favor de la despenalización del aborto en Rosario, Argentina, en 2003. Desde entonces, el verde ha representado la resistencia y la lucha por la autonomía reproductiva de las mujeres en todo el mundo.
Rosa:
El rosa, relativamente reciente en la paleta feminista, simboliza la inclusión y participación de las mujeres trans en la lucha por la igualdad de género. También es un llamado a la acción para detener la alarmante tasa de feminicidios en diversas partes del mundo. Además, el rosa se asocia con la concienciación sobre el cáncer de mama, siendo el 19 de octubre el día de conmemoración de esta lucha.
Naranja:
El naranja destaca como el color que representa el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y Niñas, conmemorado el 25 de noviembre. Esta tonalidad fue establecida por la campaña Únete impulsada por la ONU en 2008, con el objetivo de prevenir y erradicar la violencia hacia mujeres y niñas. El naranja es un símbolo de un futuro sin violencia, donde todas las personas puedan vivir libres y seguras.
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