La abuela tiene un simple deseo para sus nietas gemelas, Alma y Salma: que estén en una habitación limpia y segura donde las puedan bañar.
Sin embargo, las bebés viven en una tienda de campaña en un campo de desplazados de Rafah, en el sur de Gaza. Su madre no puede amamantarlas porque no está recibiendo suficiente nutrición para que su cuerpo produzca leche, y nunca las han bañado.



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