La ansiedad es uno de los trastornos que en la actualidad aqueja a millones de personas a nivel mundial. A pesar de que a menudo se confunde con el estrés, si no se atiende de manera correcta, puede derivarse en crisis más severas.
Este padecimiento puede traerle al paciente terror a todo aquello que le rodea, generando pensamientos catastróficos, irritabilidad, enojo y preocupación, siendo este último el más común, del cual se derivan síntomas como sudoración excesiva, taquicardia y falta de aire.
Existen tres tipos de Trastornos de Ansiedad:
· Ansiedad generalizada: En este primer tipo, las personas se preocupan por problemas comunes como el dinero, el trabajo o la familia.
· Trastorno de pánico: En estos, el paciente sufre ataques repentinos que se convierten en momentos de miedo intenso sin tener peligro cercano. Los ataques pueden durar varios minutos.
· Fobias: Este es el más común, pues las personas tienden a tener un miedo intenso a algo que representa poco o nulo peligro real.
Los trastornos de ansiedad no tienen una causa definitiva, sin embargo, regularmente se les asocia con factores genéticos, biológicos e incluso químicos del propio cerebro.
Es importante mantenerse en constante monitoreo si es que una persona se encuentra padeciendo ansiedad, pues los episodios tienden a confundirse con un cuadro de infarto.
Los especialistas recomiendan asistir a terapia psicológica para modificar patrones de comportamiento, así como mantener una buena alimentación, practicar un deporte, dormir bien y hacer ejercicios de respiración.
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