Redacción Marlone Serrano
Con la llegada de diciembre, México se prepara para una de sus tradiciones más representativas: las posadas. Entre piñatas, ponche caliente y aguinaldos, estas celebraciones marcan el inicio formal de las fiestas decembrinas.
En 2025, la primera posada se llevará a cabo el martes 16 de diciembre, fecha que da comienzo a nueve días consecutivos de convivencia, fe y celebración.
De acuerdo con la tradición cristiana, las posadas se realizan del 16 al 24 de diciembre, en alusión a los nueve meses de gestación de la Virgen María y al peregrinaje de María y José en busca de refugio antes del nacimiento de Jesús. La última posada coincide con la Nochebuena, uno de los momentos más significativos del calendario festivo.
Aunque tienen un origen religioso, hoy las posadas se han convertido en espacios de encuentro familiar y comunitario, donde se mezclan los rezos con la música, la comida y la alegría popular. En ellas, los asistentes se dividen simbólicamente entre “peregrinos” y “anfitriones”, recreando el tradicional canto para pedir posada, que culmina con la apertura de las puertas y el inicio de la fiesta.
El origen de esta celebración se remonta a la época colonial. Historiadores señalan que en 1587 los frailes agustinos de Acolman, en el Estado de México, instauraron las llamadas “Misas de Aguinaldo” como una estrategia para sustituir festividades prehispánicas relacionadas con el solsticio de invierno. Con el paso del tiempo, estas misas evolucionaron hasta convertirse en las posadas que hoy se celebran en hogares, barrios y comunidades de todo el país.
Entre los elementos que no pueden faltar destacan la piñata de siete picos, que simboliza los pecados capitales; el ponche caliente, elaborado con frutas de temporada como tejocote, guayaba y caña; así como los aguinaldos, bolsitas con dulces y frutas que se reparten, especialmente entre niñas y niños.
En 2025, las fechas quedan definidas de la siguiente manera:
- Primera posada: martes 16 de diciembre
- Última posada: miércoles 24 de diciembre
Así, con el encendido de velas, los cantos tradicionales y el sonido de la piñata al romperse, las posadas vuelven a reunir a familias y amigos, recordando que, más allá de la celebración, su esencia está en compartir y fortalecer los lazos comunitarios.

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