Redacción: Regina De Quevedo
Se ha vuelto normal que los pequeños utilicen dispositivos electrónicos, pero todo esto puede traer consecuencias que afecten su desarrollo cognitivo al generar déficit de atención y de concentración, retraso en el desarrollo del lenguaje y baja tolerancia a la frustración.
Por lo que se recomienda a los padres no exponer a sus hijos a este tipo de actividades, recomienda la experta en psicología clínica del Instituto Politécnico Nacional (IPN), María del Pilar Cortés Ramírez.
La catedrática de la Escuela Superior de Medicina (ESM) mencionó que en los primeros años se desarrolla la base del cerebro que acompañará al individuo por el resto de su vida, por lo que la constante exposición a estímulos que provienen de dispositivos móviles puede repercutir en ese apoyo temporal, el cual se logra mediante la interacción con el entorno real y creando vínculos afectivos con los padres y familia.
La especialista explicó que la exploración es muy importante para el desarrollo cognitivo. Cuando esta actividad se reemplaza con dispositivos electrónicos, se reduce en los menores el deseo natural de descubrir su entorno; por lo tanto, se complica su adaptación al ambiente y a establecer relaciones sociales y vínculos con otras personas. Resaltó que los aparatos electrónicos brindan una gratificación instantánea, lo que genera en los niños una menor tolerancia a la irritabilidad y frustración, lo que repercute en la plasticidad cerebral, un proceso que se encarga de la generación de redes neuronales que permiten adquirir habilidades.
“Cuando un niño tiene estímulos gratificantes de manera instantánea, su cerebro se va modelando de esa manera, y cuando esa situación no se regula, probablemente va a querer desarrollar una personalidad más impulsiva y menos racional en función de querer obtener las cosas de manera más inmediata”, señaló la especialista en terapia de juego.
Agregó que lo más importante es la actividad lúdica y el desarrollo de habilidades como gatear, trepar y conocer el mundo a través de los sentidos, es importante para que los menores sean más tolerantes y se adapten con mayor facilidad a las normas. Cortés Ramírez enfatizó que no conviene exponer a los niños de 5 años a dispositivos móviles, la tecnología puede incluirse después de esa edad como un complemento didáctico bajo supervisión y con el acompañamiento de los padres.
Advirtió que: “No se trata de satanizar o prohibir los dispositivos, ya que de algún modo son parte de la vida cotidiana; hay contenidos apropiados para enriquecer el desarrollo de los niños mayores de cinco años, no obstante, es fundamental limitar el tiempo y elegir información adecuada, ya que, si no se establecen normas, más adelante preferirán interactuar virtualmente antes que realizar actividades recreativas o artísticas que no requieran del uso de un dispositivo móvil”.
La catedrática del Politécnico destacó que el desarrollo emocional, social y físico de un niño pequeño tiene un gran impacto en su desarrollo general y en el adulto en el que se convertirá. Por lo tanto, los primeros cinco años son fundamentales para el moldeamiento de la arquitectura cerebral. Incentivó a los padres de familia a ser más conscientes y comprometidos para brindarles a sus hijos una estimulación con retroalimentación directa y al mismo tiempo a construir lazos afectivos fuertes que influyan en un mejor desarrollo integral.

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