Redacción: Ximena Zarahi Moreno Luna
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, reconoció que su administración se encuentra en diálogo con transportistas para analizar un posible incremento en las tarifas del transporte público, luego de varios años sin ajustes en los precios.
Durante una conferencia con medios de comunicación, Brugada explicó que el tema está sobre la mesa y que su equipo trabaja en buscar un punto de equilibrio que beneficie tanto al sector como a los millones de usuarios que dependen diariamente de microbuses, autobuses y combis.
“Sí, estamos en pláticas. Esperamos ponernos de acuerdo, llegar a un acuerdo. Sabemos que no se ha aumentado el precio del pasaje desde hace varios años. Estamos en diálogo con ellos”, comentó la mandataria.
La declaración surge en un contexto de presión económica, marcado por el reciente aumento de tarifas en el Estado de México, donde diversos grupos transportistas lograron acuerdos con el gobierno estatal. Esta decisión ha intensificado las peticiones de la Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) en la capital, quienes exigen una revisión similar para la Ciudad de México.
A través de un comunicado, la FAT señaló que, pese a los múltiples acercamientos con autoridades locales, no han obtenido respuesta concreta respecto a un ajuste en las tarifas ni a la entrega del bono de combustible que se había prometido como medida de apoyo.
“La autoridad local mantiene congelado el otorgar un bono al combustible y las tarifas del transporte público concesionado (microbuses, combis y autobuses), lo que pone en riesgo a las familias y empleos formales del sector”, expresaron.
De acuerdo con los transportistas, el aumento de los costos operativos, como combustible, mantenimiento y refacciones, ha afectado gravemente su capacidad de brindar un servicio de calidad y mantener la plantilla laboral.
Por su parte, el Gobierno de la Ciudad de México aseguró que cualquier decisión se tomará de manera responsable, con base en estudios técnicos y en un análisis del impacto económico que tendría sobre los usuarios, especialmente en un momento en el que la inflación y los precios de productos básicos continúan presionando la economía familiar.
El posible incremento aún se encuentra en discusión, pero representa un tema clave en la agenda de movilidad de la capital mexicana.
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