Redacción: Amairany Ramírez
El icónico montaje celebra 32 años con una puesta en escena que fusiona la leyenda con un urgente llamado a la conciencia sobre la crisis hídrica, todo impulsado por la propia comunidad xochimilca.
En el corazón de los canales de Xochimilco, un lamento ancestral vuelve a resonar, pero este año su eco lleva un mensaje de urgencia. El aclamado espectáculo “La Llorona” celebra su trigésima segunda temporada ininterrumpida, consolidándose no solo como una tradición imperdible del Día de Muertos en la capital, sino como un poderoso acto de resistencia cultural y ambiental. Bajo el título “El último latido del agua”, la obra rinde homenaje al recurso hídrico que dio vida a la Cuenca de México y que hoy enfrenta una grave crisis.
La experiencia comienza mucho antes de que se levante el telón, pues aquí el escenario es la propia naturaleza. Los asistentes abordan trajineras en el Embarcadero Cuemanco para iniciar un viaje nocturno de 45 minutos. Iluminado por antorchas y arrullado por los sonidos de la noche, el público se adentra en los canales hasta llegar a la Laguna de Tlilac, un escenario natural que se convierte en un protagonista más de la historia. La trajinera misma se transforma en la butaca del espectador, creando una atmósfera inmersiva y casi ritualística.
Una vez en la isla, más de 50 artistas locales toman el escenario. Lejos de ser una producción ajena, el motor de “La Llorona” es el orgullo y el esfuerzo de la comunidad de Xochimilco. Chinamperos, agricultores, remeros y artistas de la región conforman el elenco y el equipo técnico, reafirmando el montaje como un “orgullo regional”. Este proyecto, nacido en 1993 de la unión de los propios habitantes, busca preservar su herencia cultural y difundir la riqueza de su entorno.
Este año, la narrativa va más allá del mito. Nayeli Cortés, la actriz que da vida a Nahui y a La Llorona, explica que la obra es una historia profundamente humana que nos invita a no olvidar nuestros lazos con el pasado y a no ser indiferentes ante el dolor y la injusticia. El tema central del agua se entrelaza con la leyenda, recordando que la gran Tenochtitlan nació de un lago y utilizando el entorno acuático para generar conciencia sobre la necesidad de rescatar el ecosistema.
Un elemento que distingue a este espectáculo es su banda sonora, que rescata y fusiona instrumentos prehispánicos con música contemporánea. En vivo, resuenan el huehuetl, el teponaxtle y tambores de agua, sonidos que antes solo se encontraban en museos y que aquí cobran vida para transportarnos a otras épocas. Esta recuperación musical es una de las facetas más importantes de su labor como acto de resistencia cultural.
Con una expectativa de recibir a más de 50,000 visitantes esta temporada, “La Llorona” se ha convertido en un pilar para el turismo de la Ciudad de México. Autoridades de la Secretaría de Turismo y de la Asociación de Hoteles destacan su valor no solo como símbolo de identidad, sino como un atractivo que consolida a la capital como un destino de talla mundial durante las festividades de Día de Muertos.
Así, “La Llorona” en Xochimilco es mucho más que teatro: es una ceremonia que defiende la naturaleza, celebra la tradición y da voz a una comunidad que se resiste a que su cultura y su hogar se pierdan en el olvido.
Información útil para asistir:
- Fechas: Fines de semana, del 3 de octubre al 16 de noviembre de 2025.
- Horarios: 18:30, 19:00, 20:30 y 22:30 horas.
- Punto de partida: Embarcadero Cuemanco, Periférico Sur.
- Costo: $550 por persona. Boletos disponibles en taquilla y en su sitio web
- Recomendaciones: Llegar con una hora de anticipación, llevar ropa abrigadora y repelente de mosquitos.
FOTOGRAFÍA: AMAIRANY RAMÍREZ
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