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Generación IA: el reto de educar a quienes ya la usan a diario

Generación IA: el reto de educar a quienes ya la usan a diario

Generación IA: el reto de educar a quienes ya la usan a diario 

Redacción: Inés Arroyo 

La inteligencia artificial (IA), aunque existe desde hace varias décadas, ha alcanzado recientemente un nivel de popularidad sin precedentes, sobre todo entre los jóvenes. Su presencia en la educación ya es tangible y cotidiana: desde tareas escolares hasta proyectos creativos, los estudiantes la incorporan como una herramienta más para potenciar su aprendizaje. Un ejemplo viral en redes sociales muestra a una niña de 10 años instruyendo a la IA para realizar su tarea, incluyendo los errores típicos de su edad, demostrando la habilidad sorprendente de esta generación para interactuar con la tecnología. 

La IA Generativa (IAGen) no se limita a analizar información; crea contenidos como textos, imágenes, audio y código. Su uso en aulas y universidades plantea tanto oportunidades como desafíos. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) instaló hace dos años un grupo de trabajo para explorar la implementación de estas herramientas en la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación, con el objetivo de ofrecer recomendaciones para su correcto uso. 

Expertos como Jorge Calderón, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), destacan que la clave está en fomentar el pensamiento crítico de los estudiantes. “Una de las luchas es la intoxicación de la información; los alumnos deben aprender a filtrar lo que la IA genera y decidir por sí mismos qué es útil”, explica. Si bien algunos estudiantes logran mejorar la calidad de sus trabajos y su productividad gracias a la IA, otros dependen casi exclusivamente de ella, dejando de lado fuentes más confiables o completas. 

Los docentes también enfrentan retos. Muchos se sienten superados por el conocimiento tecnológico de sus alumnos, mientras que otros ven en la IA una oportunidad de optimizar su labor. La experiencia del profesor sigue siendo vital: su papel de mediador permite orientar el aprendizaje, seleccionar información confiable y guiar a los estudiantes en el uso correcto de estas herramientas. Además, la capacitación en nuevas tecnologías y la implementación de lineamientos claros sobre el uso de la IA pueden ayudar a mantener el enfoque del alumnado y evitar distracciones. 

Más allá de las aulas, la tecnología ha transformado la educación: los estudiantes sustituyen cuadernos por tabletas, y los docentes aprovechan la IA para generar presentaciones, exámenes o material educativo, liberando tiempo para concentrarse en mejorar la calidad de la enseñanza. Según Calderón, la IAGen también ofrece posibilidades de comparación con universidades internacionales y de creación de cursos completos, e incluso en un futuro podría integrarse con robots educativos que complementen la instrucción. 

Pese a todos los avances, el reto central permanece: la educación debe ofrecer a los estudiantes experiencias y conocimientos que no puedan obtener únicamente a través de la IA o internet. La combinación de tecnología, pensamiento crítico y mediación docente será determinante para formar una generación capaz de aprovechar la inteligencia artificial sin depender de ella. 

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