Redacción: Inés Arroyo
El Congreso de la Ciudad de México vivió un intenso día de protestas y confrontaciones, cuando los diputados del PAN y PRI tomaron la tribuna en rechazo a una reforma que, según la oposición, violaba el Reglamento del Congreso. La reforma en cuestión pretendía modificar la Ley Orgánica y el Reglamento del Congreso, permitiendo que las reformas constitucionales se aprobaran con una mayoría de los votos presentes en lugar de los 44 necesarios según la Constitución local.
La sesión se desarrolló en medio de una gran tensión, con Morena y sus aliados presentando el dictamen que cambiaba el procedimiento de votación. En lugar de necesitar las dos terceras partes del total de los legisladores (44 votos), la nueva reforma solo requeriría la mayoría de los votos de los diputados presentes durante la sesión. Aunque la votación resultó en 41 votos a favor y ninguno en contra, la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila, decidió avalar la reforma, lo que generó indignación entre los miembros de la oposición.
Los legisladores del PAN argumentaron que esta decisión era ilegal, ya que la reforma no había alcanzado los 44 votos necesarios para ser válida según la Constitución local. En respuesta a lo que consideraron un atropello a la legalidad, tomaron la tribuna, usando un megáfono para exigir respeto a las normas legislativas. “No permitiremos que se violen las leyes de este país. Defenderemos la legalidad y la pluralidad”, destacó Andrés Atayde, líder del PAN en el Congreso, durante la protesta.
La presidenta Ávila fue severamente criticada por los diputados del PAN y PRI, quienes la acusaron de permitir la aprobación del dictamen con una cantidad insuficiente de votos. Varios legisladores, como Daniela Álvarez, expresaron que la presidenta intentó silenciar la oposición y calificaron su actuación como una clara violación de la ley. Además, se reportaron enfrentamientos verbales y físicos, destacando un altercado entre las diputadas América Rangel (PAN) y Valentina Batres (Morena), lo que agudizó el caos en el recinto.
La protesta obligó a la suspensión de la sesión, lo que, según la oposición, fue una victoria momentánea. La presidenta Ávila informó que la Asamblea Constituyente se instalaría más tarde para tratar otro tema, pero los diputados del PAN y PRI dejaron claro que seguirán luchando para evitar lo que consideran abusos e imposiciones por parte de Morena.
Xóchitl Bravo, coordinadora de Morena, intentó mediar en el conflicto, pero no logró que los legisladores de oposición abandonaran la tribuna. Ante la falta de condiciones para continuar con la sesión, la protesta dejó claro que la oposición continuará ejerciendo actos de “Resistencia Pacífica Parlamentaria” para garantizar que las reformas y decisiones se apeguen a la Constitución y el Reglamento del Congreso.
La protesta, que incluyó bloqueos en los accesos a la tribuna y el uso del megáfono, generó una jornada de gran caos y tensión en el Congreso de la Ciudad de México. La oposición advirtió que seguirán tomando la tribuna si el gobierno local continúa con lo que consideran intentos de imposición y violación del orden constitucional.
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