Redacción: Inés Arroyo
Arlene Astorga e Inés Montalvo tienen más de 15 años trabajando como carteras en el Servicio Postal Mexicano (Sepomex). A pesar de que nunca imaginaron dedicarse a esta labor, ambas se sienten orgullosas de su oficio, que, aunque demandante físicamente, les ha ofrecido la oportunidad de interactuar con la gente y mantenerse activas.
Ambas mujeres reparten correspondencia en triciclos que cargan hasta 80 kilos de correo. Arlene asegura que, aunque la tarea es difícil, disfruta el contacto con la gente y la variedad del día a día. “Si tuviera que elegir, elegiría ser cartera, porque es un trabajo distinto cada día, haces ejercicio y no es monótono”, comenta.
Por su parte, Inés destaca que el trabajo también tiene sus retos, como las inclemencias del clima o los cambios en las rutas debido a manifestaciones. Sin embargo, señala que la satisfacción de cumplir con su labor y la relación con las personas que ayudan en su trabajo son lo que más valora. “Se ve fácil, pero no todo el mundo le entra al reparto, es desafiante, sobre todo cuando llueve o hace mucho calor”, afirma.
El trabajo de las carteras ha sido históricamente realizado por hombres, pero en la actualidad, las mujeres representan el 10 por ciento del total de carteros en Sepomex. Violeta Abreu González, directora de la institución, asegura que la incorporación de mujeres al servicio postal ha roto barreras de género y ha permitido que más mujeres se sumen a un trabajo tradicionalmente masculino.
A lo largo de su carrera, Arlene ha tenido la oportunidad de saludar a varios presidentes de México, pero uno de sus recuerdos más especiales es el encuentro con el ex presidente Andrés Manuel López Obrador. “Fue un momento inolvidable. Aunque tenía las manos sucias por el trabajo, él no dudó en darme la mano y abrazarme”, relata.
Inés, por su parte, recuerda cómo comenzó su labor en Sepomex, cuando, con ayuda de su ex suegra, empezó a repartir correo con un carrito de mandado. Hoy en día, a sus 50 años, se mantiene en forma gracias a las exigencias físicas del trabajo, lo que también le ha permitido perder peso.
A pesar de los desafíos, ninguna de las dos ha experimentado discriminación o malos tratos por ser mujer. Ambas afirman que su trabajo es reconocido y valorado tanto por sus compañeros como por los destinatarios del correo.
El trabajo de Arlene e Inés no solo es importante por su esfuerzo físico, sino también por su impacto en la comunidad. Durante las festividades, como en enero, las carteras desempeñan un papel importante al entregar las cartas a los Reyes Magos, lo que hace su labor aún más significativa.
Arlene e Inés son ejemplo de dedicación y esfuerzo. Ellas, como muchas otras mujeres en el sector, han demostrado que no hay límites cuando se trata de desempeñar un trabajo con responsabilidad y pasión.
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