El Metro de la Ciudad de México enfrenta un desafío preocupante debido a los hundimientos detectados en la zona de Pantitlán, específicamente en el tramo Puebla-Pantitlán de la Línea 9. Según expertos geólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se han registrado hundimientos de entre 40 y 50 centímetros por año en esta área, lo que genera inquietudes sobre la estabilidad de la infraestructura y la seguridad de los miles de usuarios que transitan diariamente por esta estación.
El uso de un sistema de interferometría de radar con imágenes satelitales, conocido como la técnica InSAR, ha permitido identificar estos hundimientos alarmantes. El Dr. Darío Solano, del departamento de ingeniería geológica de la UNAM, destacó que la tasa de hundimiento en algunos sectores de la Ciudad de México es de aproximadamente 45 centímetros por año, llegando incluso a los 50 centímetros anuales.
El Dr. René Chávez Segura, investigador del Instituto de Geofísica, dijo que, aunque las estaciones como Pantitlán cuentan con pilotos en sus puentes, el hundimiento del suelo rodea crea desafíos cada vez mayores para mantener la integridad de la infraestructura y garantizar la seguridad de los usuarios.
En un esfuerzo preventivo, en abril de este año se llevaron a cabo refuerzos en la estructura del tramo Puebla-Pantitlán de la Línea 9. La Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) instaló 22 estructuras metálicas como medida precautoria, transmitiendo la carga de los puentes a la cimentación e instalando placas de conexión. Sin embargo, expertos en ingeniería civil, como Hugo Sergio Haaz, advirtieron que estos refuerzos son solo una solución temporal y que una rehabilitación a largo plazo es necesaria para enfrentar los desafíos que plantea el hundimiento continuo de la capital.
Haaz sugiere la realización de nuevos sondeos y comparaciones con estudios anteriores para entender los cambios ocurridos en los últimos 50 años desde que se construyó el tramo del Metro en cuestión. Asimismo, recomienda reforzar la cimentación interna para hacer frente a los hundimientos de manera más efectiva.
Los expertos de la UNAM también proponen actualizar los estudios del suelo, revisar la sobreexplotación del acuífero, evaluar la vibración de los trenes y reforzar la cimentación si es necesario, entre otros aspectos, con el objetivo de prevenir daños mayores en la estructura y garantizar la seguridad de los usuarios.
Ante esta situación, las autoridades competentes deben actuar de manera responsable y rápida para abordar los problemas del hundimiento en la Línea 9 y garantizar la seguridad y eficiencia del sistema de transporte público más importante de la capital.
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