La dirigencia de Morena tiene prisa
por avanzar en la renovación de sus
cuadros, pues los tiempos corren y
quisieran cumplir con todos sus
pendientes para estar listos para los
últimos procesos electorales del sexenio.
En el juego de las corcholatas, la favorita, Claudia Sheinbaum, cada vez se percibe más comprometida con su aspiración futurista, que con el cargo para el que fuera elegida al frente del gobierno de la capital del país. Si en un principio, la jefa de Gobierno se resistía a hacer públicas sus intenciones hacia el 2024 y actuaba con discreción, desde hace varios meses ya, se le ve en plena campaña, visitando, bajo cualquier pretexto, los estados de la República, prácticamente todos los fines de semana. Además de hacer ajustes y reforzar su equipo para lo que viene, según el presidente de la Jucopo en el Senado, Ricardo Monreal, también lanza ataques a sus contrincantes.
Hace poco, la jefa de Gobierno, informó de la contratación de un experto en comunicación política, el catalán, Antoni Gutiérrez-Rubí, quien, dijo, le brindará asesoría en comunicación digital durante siete meses. Entre las credenciales de este consultor está el haber llevado a Gustavo Petro a la presidencia de Colombia, lo que permitiría intuir la razón y el objetivo de su contratación.
Por estos servicios, el gobierno de la CDMX le pagará sobre 400 mil pesos, “más o menos” informó la jefa de Gobierno. Una ganga, pues se sabe que estos asesores extranjeros suelen estar muy bien pagados. Por ahí apareció un twitter de un columnista político mostrando un supuesto documento del consultor en el que señalaba como monto de sus honorarios la cantidad de un millón de euros, lo que el gobierno capitalino, desde luego, desmintió.
Hace unos días, el senador Ricardo Monreal, aspirante que no corcholata para el 2024, denunció haber sido objeto de ataques de bots en redes sociales con motivo de la abstención de su voto a la iniciativa para que la Guardia Nacional quede bajo el control de la Sedena. “Yo no acudo a asesores extranjeros para golpear, son muy caros y muy mentirosos”, habría señalado el también coordinador de la bancada de Morena, “algunos adversarios míos acuden a contratar extranjeros…” afirmaría el senador, sin mencionar nombres.
En el seno de Morena, Claudia Sheinbaum destaca también como favorita. En los eventos del partido, supera a sus competidores, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, por aclamación. Este fin de semana el partido en el poder celebró su Tercer Congreso Ordinario, al que asistieron dos corcholatas, la jefa de Gobierno y el secretario de Gobernación. Marcelo Ebrard no pudo estar presente, por cuestiones de trabajo. Al canciller, a diferencia de sus competidores, el cumplimiento de sus responsabilidades laborales lo aleja de los eventos del partido, limita su capacidad de hacer política partidista y, consecuentemente, le resta posibilidades de ganar posiciones en la estructura de Morena. Prueba de esto es que, quiénes si estuvieron en el evento, se repartieron el pastel, llevándose, doña Claudia, la tajada mayor.
La dirigencia de Morena tiene prisa por avanzar en la renovación de sus cuadros, pues los tiempos corren y quisieran cumplir con todos sus pendientes para estar listos para los últimos procesos electorales del sexenio, la renovación de las gubernaturas del Edomex y Coahuila, en 2023, y el magno proceso electoral de 2024. En este sentido, en el mencionado Congreso se acordaron los nombramientos de los nuevos integrantes del Consejo Político y de las carteras del Comité Ejecutivo Nacional, excepto las de la presidencia y la secretaria general, cuyos actuales titulares, Mario Delgado y Citlalli Hernández, respectivamente, obtuvieron la aprobación del Congreso para prolongar su período en el cargo por dos años más, hasta 2024.
Hay, sin embargo, un problema en todo esto. La realización de las Asambleas Distritales celebradas en julio pasado para la elección de consejeros y congresistas estatales, como parte del proceso interno de renovación de órganos de Morena, no fue el mejor ejemplo de transparencia, limpieza y respeto a las formas democráticas. Irregularidades como quema de urnas, acarreos, compra de votos, amenazas y actos violentos, entre otras, se registraron en la mayoría de los 300 distritos electorales, lo que dio lugar a la presentación de cientos de denuncias y juicios de nulidad ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en donde aún no han sido resueltas. Ante esta circunstancia, militantes del partido, señalan que el Congreso no debió celebrarse, que es ilegal y que los acuerdos a que se llegaron son nulos de pleno derecho.
A ver como resuelve esta fractura quien pregona tanto la unidad del partido, el prorrogado dirigente de Morena, Mario Delgado, que, como diría, el clásico, a esos impugnadores ni los ve ni los oye.
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