La columna del día Daniel Lee

“Baby Boomers”, la última generación con los límites bien definidos

Columna “Horas Extras” Por Daniel Lee

Son el puente entre la tradición y la modernidad

Debo confesarlo. Hace años cuando alguien, o yo mismo, nos referíamos a los “yuppies” solo atinaba a pensar que se trataba de esos que veíamos como Juniors, hijos de papi. Pero, nada más equivocado que eso.

Es, durante los últimos años cuando el tema generacional empieza realmente a ser parte de una nueva narrativa para todos, y con ella comenzamos a familiarizarnos con el término “millenialls”.

Hoy todos sabemos de qué se trata, pero pocos abordamos otro sector igualmente importante: el de los Yuppies o Baby Boomers, prácticamente son lo mismo, representan otra generación, son los nacidos entre 1946 y 1964. Los gringos acuñaron esa etiqueta para referirse a quienes como su servidor somos simplemente unos tipos maduros, -no viejos- aclaro.

Los “Baby Boomers” son el puente entre la tradición y la modernidad en los diferentes espacios del mercado laboral, los negocios, la política, la cultura y otros quehaceres sociales del hombre de la iniciativa privada.

Pero el efecto baby bommer no es exclusivo de Estados Unidos, también en nuestro país, los hay. Ésta generación recibe este nombre, ya que al terminar la 2da Guerra Mundial en hubo un crecimiento muy importante en la natalidad, y fue bautizada por los académicos de la mercadotecnia con el nombre de “Crecimiento Espectacular (boom) de nacimientos de bebés (babys)”.

En México las familias experimentaban grandes cambios que influyeron en la forma de educar a los baby boomers, la participación mexicana del lado “aliado” en la Segunda Guerra Mundial, el PRI dejaba de lado sus corrientes socialistas y se abría hacia un capitalismo y la modernidad industrializadora.

Los entonces niños baby boomers comenzaron a evolucionar de la radio a la televisión a color, permitiéndoles entrar al estilo del “American Way of Life” aunque eso sí, sus valores patrióticos estaban muy bien definidos.

Seguramente, los baby boomers recordarán la emoción vivida previa a los Juegos Olímpicos, así como la impotencia por la represión por parte del Estado en el Movimiento del 68.

Este tipo de emociones y discursos confusos, los marcó en la posibilidad de tener una actitud reforzada en la toma de decisiones. Se dice que fue la última generación con los límites bien definidos.

La aspiración de vida tenía un camino guiado, crecer, educarse, trabajar, casarse y tener hijos, así como profesar el mismo amor al trabajo que tanto habían aprendido de sus padres.

Fueron testigos o protagonistas del movimiento estudiantil del 68, después fueron reformadores e integradores del sistema político y económico mexicano.

Pueden ubicarse en las altas esferas de la política (del PRI, en sus mejores momentos, por ejemplo), en la academia (investigadores o catedráticos en centros de enseñanza privados o públicos), en los medios de información (dirigiendo, coordinando o colaborando en publicaciones) y, desde luego, en puestos directivos y gerenciales.

En México a los Baby Boomers los conocemos como los “yuppies” mexicanos se hicieron de fama por su posición de clase holgada, amantes del buen gusto y por su refinado desenvolvimiento dentro de la sociedad.

Su estilo de vida se eslabona con la elegancia construida por marcas de accesorios, perfumes y fragancias muy prestigiosas; por su alimentación Light; el acudir al Gym y al Spa para reforzar su ego. Éstos son sólo algunos de los rasgos que los distinguen dentro de la high society mexicana.

Son una especie de “Nerds corporativos”, se ubican en los mandos medios de las empresas o de la burocracia pública. Se caracterizan por ser gente que se orienta hacia la eficiencia, su meta es tener el “poderío económico”.

En palabras de Carlos Monsiváis: “nuestros yuppies serían la primera generación de estadounidenses nacidos en México”.

En síntesis, las características que los definen son:

· Forman parte de una clase social emergente, pujante y por excelencia ambiciosa.

· Educados en colegios y universidades privadas, con posgrados en instituciones extranjeras.

· Viven en el ocaso de la estabilidad económica, por lo que sus banderas partidistas dicen un rotundo “no” a los modelos populistas y a la ineficiencia gubernamental.

· Tienen escasas preocupaciones sociales. Su único fin es ganar dinero.

· Adoran el libre mercado, la productividad, el nivel y el estatus.

· Se consideran como guerreros de la globalización.

· Su estilo de negociar es agresivo y arrogante.

Para esta generación el matrimonio heterosexual es el camino para conformar una familia, y de las generaciones actuales, son la más apegada a la religión. Acostumbran ver, escuchar o leer noticias, por lo que es común encontrarlos leyendo un periódico impreso o viendo un noticiero en la TV.

A nivel tecnológico a los Baby Boomers les tocó vivir el nacimiento de la televisión, vieron en vivo la llegada del hombre a la luna, pasaron del cine en blanco y negro al de color, del teléfono de disco al de tonos, se maravillaron con la llegada del fax, la lavadora eléctrica, los relojes de pulsera digitales, y por si no fuera suficiente para ellos, también vieron nacer a la telefonía celular, la computadora personal y el Internet.

Estos individuos son identificados y se autonombran como los herederos de la Revolución Mexicana; muchos de ellos son hijos de políticos, empresarios y caudillos de la revolución, o bien de la clase alta ilustrada, beneficiarios directos de la “época de oro de la educación pública mexicana”.

El caso de los expresidentes de México: Zedillo, Fox y Calderón, pueden ubicarse como miembros de la generación nacida en la posguerra hasta mediados de los 60’s. En tanto, el otrora presidente Enrique Peña Nieto, nacido en 1966, puede ubicarse como puente generacional entre los baby boomers y la generación X.

La edad del presidente Peña Nieto representa un puente entre una generación que pensó un futuro magnificente y otra generación que experimentó una realidad menos afortunada de la que imaginaron sus ascendentes.

México es un país de jóvenes. Transitamos hacia una población emergente, joven y dinámica. En la actualidad se cuenta con una mayor cantidad de personas en edad de trabajar que personas dependientes (niños y ancianos). Aprovechar esta variable en beneficio de todos, es responsabilidad conjunta de sociedad y gobierno.

Quizás hasta nuestros días los baby boomers o los “Bebés del Boom”, como se traduciría su nombre más o menos así, son la generación de un retrato increíblemente divertido, lleno de anécdotas, de la generación que descubrió el sexo, las drogas, el rock ‘n’ roll de auto-mitificación.

Esos bebés posguerra luchadora que ha demostrado un talento singular para endosar sus recuerdos sobre el resto de nosotros, como un vecino recién llegado de un largo viaje minuciosamente documentado.

De acuerdo con PJ O’Rourke, cualquier persona nacida entre 1946 y 1964 es un “Baby Boomer”, es la generación más grande, rica y mejor educada de los estadounidenses, los hijos preferidos de un país fuerte, seguro de sí mismo y próspero.

O, como les llaman otras generaciones, unos malcriados. Los 76 millones de baby boomers que nacieron entre 1946 y 1964 cosecharon todos los beneficios del extraordinario crecimiento económico del período de la posguerra.

Los baby boomers aspiraban tan alto que se marearon. Querían ser estrellas de rock, transformadores espirituales, activistas sociales y millonarios; o mejor aún, ser todo eso a la vez. (Steve Jobs casi lo logra). Ahora los boomers están manejando el mundo. Los miembros más jóvenes de la generación que decidió que no envejecería nunca, están cumpliendo 54 años, la edad de mayor privilegio y poder.

Pero llevar las riendas del mundo también significa ser responsable de él. Los boomers fueron muy buenos apoderándose de todo:, la indignación contra el sistema, las maneras de evadir el servicio militar, las ventajas de la revolución sexual y el adjudicarse el éxito de los movimientos de los derechos civiles y la liberación de la mujer cuando en realidad se debe a generaciones anteriores.

En el mercado laboral pueden convivir perfectamente con los Millenialls; la combinación no implica para nada un choque de trenes generacional; de hecho es una dupla interesante, diría yo que se complementa. Distintas formas de trabajar, por supuesto que sí, pero el resultado final en cada encomienda resulta ser enriquecedor. Lo que sí los distingue son sus prioridades, sobre todo en torno a la calidad de tiempo y crecimiento profesional.

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