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Tepito irrumpe en las galerías de arte de la CDMX con una exposición que reivindica su identidad

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Redacción Marlone Serrano

Tepito, uno de los barrios más emblemáticos y estigmatizados de la Ciudad de México, ha llegado a las salas de arte de forma contundente. La galería José María Velasco alberga desde este viernes y hasta el 3 de agosto la exposición colectiva “Desde el corazón del barrio: Tepito, raíces profundas, voces que resuenan”, una muestra que reivindica la identidad cultural, la creatividad y la historia de una comunidad muchas veces reducida al estigma de la violencia. 

Carteles, murales, fotografías, instalaciones y hasta objetos hechos de madera como zapatillas deportivas y camisetas icónicas forman parte de esta exhibición que reúne a artistas originarios del barrio bravo, quienes han transformado su entorno en un motor de expresión y resistencia. 

“Tepito no es solo lo que se dice en las noticias. Aquí hay sueños, hay talento, hay hambre de crear”, afirma Alan Carranza, fotógrafo y uno de los participantes de la muestra. 

Carranza, quien ha documentado la vida de jóvenes del barrio con aspiraciones similares a las de ídolos locales como Cuauhtémoc Blanco o Raúl “Ratón” Macías, insiste en que Tepito tiene la capacidad de transformarse y transformar a quienes lo habitan. 

La exposición no solo busca mostrar arte, sino generar una escucha activa. Así lo explica Grecia González, curadora del proyecto, quien destaca que este espacio también debe ser de y para la comunidad: 

“Tepito ha sido históricamente un punto de encuentro, de migración, de resistencia. Queremos que esta exposición sea una celebración de esas memorias compartidas”. 

Uno de los ejemplos más llamativos de esta expresión cultural es el trabajo de Arnold Zpadaz, artista y carpintero que heredó el oficio familiar y lo fusionó con su pasión por el deporte y la cultura urbana. De esa fusión nacieron piezas como una camiseta de Jordan hecha en madera y unas zapatillas talladas a mano, símbolos de su identidad y orgullo por sus raíces. 

“Nunca pensé que mi trabajo fuera arte. Solo tomé lo que tenía a la mano. Pero si con esto puedo inspirar a alguien en el barrio, entonces vale la pena”, reflexiona Zpadaz. 

La galería José María Velasco, ubicada en el corazón de la capital, se convierte así en un puente entre dos mundos que muchas veces han vivido de espaldas: el de las instituciones culturales y el del barrio popular. Y demuestra, una vez más, que el arte no necesita permiso para florecer donde hay vida, lucha y esperanza.