Yo trabajaba en la oficina de prensa del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia en 1996 cuando conocí a Martí Batres por casualidad y de lejos, nunca me acerqué a él. Dolores Padierna y Batres organizaban mítines casi todos los días frente al DIF porque en aquel entonces recibían miles de desayunos escolares para entregar a los damnificados del sismo de 1985 y en un momento dado el director general de aquel entonces, Mario Luis Fuentes, les quitó esa concesión.
Padierna y el ahora jefe de gobierno de la Ciudad de México llevaban una camioneta vieja con una gran bocina y se plantaban frente al edificio del DIF para exigir les devolvieran esa concesión. Su manifestación empezaba en Insurgentes Sur, esquina con Félix Cuevas y de ahí, acompañados de un grupo de personas supuestamente damnificadas, llegaban a la calle de Emiliano Zapata, sede del DIF, cerca de la estación Zapata del Metro.
Batres era uno de los oradores. Muchas ocasiones intentaron colarse al interior de las oficinas en busca de Mario Luis Fuentes, pero nunca pudieron. Después de varias semanas de insistencia las protestas cesaron y ya no volví a ver personalmente al entonces rijoso manifestante. En aquel tiempo, dicen que, antes de cancelarle las entregas, Padierna, Batres y su grupo de la Unión Popular Nueva Tenochtitlán, recibían una cantidad considerable de desayunos escolares para los damnificados, pero no se los regalaban, sino se los vendían a peso cada uno. Ahí estaba el negocio, aunque nunca se confirmó esa versión.
Los tiempos han cambiado. Martí Batres ha hecho una larga carrera política con las organizaciones de izquierda de México. Estuvo en el Partido Socialista Unificado de México, antecedente del PRD y después en el Movimiento de Regeneración Nacional, fundado por Andrés Manuel López Obrador.
Fue secretario de Desarrollo Social con Miguel Ángel Mancera en 2006. En 2021, Claudia Sheinbaum lo nombró secretario de gobierno y desde hace unos días, es jefe de gobierno al renunciar la llamada corcholata para iniciar su campaña a la presidencia de la república.
Hace algunos años le pregunté a Armando Quintero, actual alcalde de Iztacalco, por qué no se lanzaba por Benito Juárez siendo vecino de esa delegación. Me contestó en aquel entonces que ahí se iba a postular Lenia Batres, hermana de Martí y no quería pelearse con él.
A Martí Batres le aguarda todavía una larga carrera política a sus 56 años de edad. Seguramente tiene un futuro promisorio y más si Claudia Sheinbaum es candidata y luego presidenta. Batres es uno de los personajes fuertes de Morena de cara a la sucesión y al siguiente sexenio.
Quedaron muy atrás aquellos tiempos cuando ese jovenzuelo de 27 años se trepaba a una camioneta desvencijada con un altavoz alquilado para hacerla de jilguero de la entonces oposición.
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