Redacción: Amairany Ramírez
La victoria de Saúl “Canelo” Álvarez sobre el cubano William Scull lo consagró una vez más como campeón indiscutido del peso supermediano. Sin embargo, lejos de celebraciones llenas de emoción, la pelea dejó a muchos aficionados con un sabor amargo.
La noche prometía espectáculo, pero terminó siendo una de las contiendas menos explosivas en la carrera del mexicano. Desde el primer campanazo, Scull dejó claro que su prioridad no era intercambiar golpes, sino mantenerse a salvo del poder ofensivo de Canelo. Esto derivó en una pelea poco vistosa, con escaso intercambio y, según datos del sitio especializado CompuBox, una de las menos activas en los últimos 40 años.
A lo largo de los 12 rounds, ambos peleadores lanzaron apenas 445 golpes combinados, una cifra extremadamente baja para una contienda de este nivel. En ese lapso, Canelo tiró 152 golpes, mientras que Scull lanzó 293, pero con poca efectividad. La victoria fue clara para el mexicano por decisión unánime, aunque eso no impidió que manifestara su frustración por la actitud de su rival.
“No me gusta pelear con este tipo de peleadores. Llévatelo para Cuba. Quería dar una buena pelea, pero para eso se necesitan dos. Él vino a sobrevivir”, declaró Canelo después de la pelea, visiblemente molesto. Sus palabras no solo reflejan decepción personal, sino también una crítica al estilo de combate del cubano, que, en palabras del propio mexicano, evitó por completo el enfrentamiento real.
Por su parte, William Scull, aunque derrotado, se mostró satisfecho con su actuación. En entrevista con ESPN, aseguró que no tenía como estrategia “huir” del combate y lamentó que la pelea no haya cumplido las expectativas. “Es una pena que el combate se haya dado así. Pero al final, los jueces decidieron y dieron la victoria a Canelo”, afirmó.
Con esta victoria, Canelo suma un nuevo título a su vitrina, pero no el entusiasmo del público. Sin embargo, su próximo reto promete cambiar ese panorama. En septiembre, el mexicano se enfrentará a Terence “Bud” Crawford, uno de los boxeadores más completos y técnicos del mundo.
El combate, que se realizará en Arabia Saudita, ha generado altas expectativas. Crawford, invicto y campeón indiscutido en dos divisiones diferentes, representa una amenaza real y un reto que podría obligar a Canelo a mostrar su mejor versión.
Esta será una oportunidad para reivindicarse no solo como campeón, sino también como el espectáculo que sus seguidores esperan ver arriba del ring. Tras una pelea plana ante Scull, el tapatío sabe que el público quiere más. Y, frente a un rival como Crawford, el margen de error será mínimo.
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