Redacción: Guicel Garrido
Investigaciones científicas recientes han arrojado luz sobre una nueva estrategia para combatir el envejecimiento y prolongar la esperanza de vida: el deporte. Un estudio innovador ha revelado que ciertas disciplinas físicas no solo mejoran la salud y el bienestar, sino que también pueden añadir años a nuestras vidas.
El estudio, realizado por Peter Schnohr y sus colegas de la Mayo Foundation for Medical Education and Research, siguió a 8.577 pacientes durante 25 años y analizó sus hábitos deportivos y su esperanza de vida. Los resultados fueron sorprendentes: practicar deporte regularmente se asoció con un aumento significativo de la longevidad.
Entre todos los deportes estudiados, el tenis se destacó como el campeón de la longevidad, añadiendo una media de 9,7 años a la esperanza de vida de quienes lo practican. ¿La razón? Los investigadores creen que la combinación de ráfagas cortas de actividad intensa y periodos de descanso, característica del tenis, es ideal para la salud cardiovascular. Además, el tenis requiere agilidad, coordinación y rapidez mental, manteniendo tanto el cuerpo como la mente en forma. El aspecto social del deporte, que a menudo se juega en parejas o grupos, también puede contribuir a una mayor longevidad.
Aunque el tenis lidera el ranking, otros deportes también pueden aumentar la esperanza de vida. El bádminton, por ejemplo, puede añadir 6,2 años, mientras que el fútbol suma 4,7 años. Estos deportes comparten características clave con el tenis, como la combinación de actividad cardiovascular, fuerza y un componente social, que parecen ser la receta para una vida más larga y saludable. La investigación sugiere que incorporar estos deportes en nuestra rutina podría ser una estrategia efectiva para no solo mejorar nuestra calidad de vida, sino también para extenderla.
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