Redacción: Amairany Ramírez
La antigua ciudad de Yaxchilán, un sitio arqueológico de la civilización maya ubicado en el estado mexicano de Chiapas, sigue siendo un invaluable testimonio del poderío y sofisticación de esta cultura prehispánica. Situada a orillas del río Usumacinta, que marca la frontera entre México y Guatemala, Yaxchilán destaca como uno de los asentamientos mayas más importantes y mejor preservados de la región.
Este majestuoso sitio alcanzó su máximo esplendor entre los años 600 y 800 d.C., durante el periodo Clásico Tardío de la civilización maya, y fue hogar de una sociedad altamente organizada y liderada por poderosos gobernantes. Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Yaxchilán fue planificada y construida con gran precisión, aprovechando la topografía natural del terreno para levantar sus imponentes estructuras.
Entre los espacios más emblemáticos de Yaxchilán se encuentran la Gran Acrópolis, la Acrópolis Sur y la Acrópolis Oeste, que conforman un complejo arquitectónico ordenado de oeste a este sobre amplias plazas niveladas. Estas áreas, llenas de estelas y otros monumentos tallados, narran la historia y las hazañas de sus gobernantes, quienes utilizaron estos medios artísticos para reflejar su poder y legitimar su linaje.
La ciudad es una joya arqueológica para la comprensión de la civilización maya y una ventana única al pasado de una cultura que influyó en vastas áreas de Mesoamérica. Yaxchilán ofrece a los visitantes una experiencia de inmersión en un lugar donde la historia, el arte y la naturaleza se combinan, conservando una conexión profunda con el esplendor de la cultura maya.
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