Redacción: Amairany Ramírez
En octubre pasado, Elon Musk, CEO de Tesla, dio a conocer los primeros prototipos de su proyecto Optimus, un modelo de robot humanoide que promete revolucionar la tecnología y mejorar aspectos de la vida cotidiana, sin embargo, según información filtrada por fuentes anónimas a Bloomberg, estos modelos presentados aún no cuentan con plena autonomía, sino que fueron programados para realizar tareas específicas en las demostraciones.
La supuesta falta de autonomía en los ejemplares de Optimus sorprendió a algunos y generó cuestionamientos sobre la viabilidad del proyecto en el corto plazo; Musk no ha confirmado ni desmentido la información filtrada, y Tesla ha optado por mantener en secreto los detalles técnicos del robot, aumentando el interés y la especulación sobre el potencial real de esta tecnología.
Los pioneros de la robótica humana: Erick y Elektro
El interés en los robots humanoides se remonta casi un siglo, con creaciones como Erick y Elektro que dejaron huella en la historia de la tecnología; Erick, creado en 1928, fue uno de los primeros en interactuar con personas, entreteniendo en ferias y demostraciones con tareas simples. Elektro, por su parte, debutó en la Feria Mundial de Nueva York en 1937. Este robot de 2.4 metros de altura impresionó con su capacidad para moverse y “hablar”, encender cigarrillos y hacer gestos, un adelanto notable para la época.
Estos robots pioneros reflejan la curiosidad y el optimismo de una era que sentó las bases para la innovación. Hoy, al observar el desarrollo de Optimus y otros proyectos de inteligencia artificial, es evidente que la robótica sigue siendo un campo que intriga y motiva a explorar no solo su potencial técnico, sino también las implicaciones sociales y éticas que conlleva el avance de la IA.
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