Redactor: Sam Torne
En la reciente inauguración del XVL Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, expresó su preocupación sobre los desafíos que enfrenta el constitucionalismo en México, en su discurso, destacó que el país está atravesando un periodo delicado, marcado por una politización creciente de la justicia que pone en riesgo el derecho de los ciudadanos a una justicia imparcial y al respeto de los derechos humanos.
Uno de los puntos clave que abordó Piña fue la necesidad de que tanto autoridades como ciudadanos respeten y cumplan las leyes, ya que esto es esencial para preservar la democracia, el Estado de Derecho y la división de poderes. Hizo hincapié en que estos elementos son los pilares de un Estado constitucional, y señaló que la politización del poder judicial es un fenómeno que erosiona la confianza de la sociedad en las instituciones y compromete la certeza jurídica. Además, subrayó que la independencia judicial es un valor fundamental para la protección de los derechos humanos y la estabilidad social y económica.
La ministra también aprovechó la ocasión para reflexionar sobre las recientes reformas judiciales en México, que han suscitado controversia tanto a nivel nacional como internacional; según Piña, la eliminación de la carrera judicial y las reformas propuestas podrían debilitar la imparcialidad de los jueces y, en consecuencia, afectar la confianza en el sistema judicial, este fenómeno no solo tiene implicaciones legales, sino que también podría tener un impacto negativo en el desarrollo económico y social del país, ya que la estabilidad jurídica es clave para atraer inversiones y fomentar el crecimiento.
En su intervención, Piña también subrayó la importancia de la independencia del poder judicial, destacando que su autonomía es esencial para actuar como contrapeso frente a los otros poderes del Estado, la ministra insistió en que los jueces deben mantenerse fieles a sus convicciones y continuar trabajando con integridad y responsabilidad, ya que su labor es fundamental para salvaguardar los derechos fundamentales de todos los ciudadanos.
El mensaje de Piña fue claro: en tiempos de crisis y de fuertes golpes al constitucionalismo, es esencial que la sociedad en su conjunto preste atención a las advertencias y participe en un debate abierto y constructivo sobre el futuro del Estado de Derecho en México; asimismo, señaló que la independencia judicial es un patrimonio de la humanidad y una condición necesaria para el buen funcionamiento de las democracias. Al final, destacó que la democracia constitucional no se trata solo de gobernabilidad, sino de una gobernabilidad democrática que respete a las mayorías y minorías, y que garantice los derechos universales, progresivos e interdependientes del ser humano.
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