Redactor: Sam Torne
La Ciudad de México enfrenta un nuevo panorama geofísico con la posible presencia de más fallas sísmicas debido a la sobreexplotación de los mantos acuíferos, advirtieron científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); este fenómeno recientemente investigado, apunta a que las actividades humanas, como el consumo excesivo de agua subterránea, podrían estar desencadenando microsismos y debilitando la estructura del suelo capitalino.
A principios de 2024, los expertos descubrieron dos nuevas fallas en la Ciudad de México, bautizadas como Mixcoac y Barranca del Muerto, estas fallas ubicadas bajo zonas densamente pobladas, como las cercanas a la super vía Poniente, parecen ser solo la punta del iceberg; los investigadores sospechan que otras fallas similares podrían existir en el subsuelo capitalino, agravadas por la sobreexplotación de los mantos acuíferos y los llamados «sismos lentos», que preceden la actividad micro sísmica.
Un estudio realizado por el Instituto de Geofísica y la Facultad de Ingeniería de la UNAM reveló que los microsismos observados en 2023 en la capital estarían relacionados con estos sismos lentos, los expertos aún no pueden determinar si la cantidad e intensidad de estos movimientos telúricos ha aumentado significativamente, pero la actividad reciente preocupa tanto a la comunidad científica como a los residentes de la capital.
¿Cómo afecta la sobreexplotación de los mantos acuíferos?
La demanda constante de agua subterránea en la Ciudad de México ha llevado a una significativa sobreexplotación de los mantos acuíferos, lo que podría estar provocando un fenómeno conocido como “abatimiento de agua subterránea”, esta extracción excesiva de agua ha afectado la estabilidad del suelo, debilitando sus capas y creando condiciones propicias para la formación de nuevas fallas y el aumento de la actividad sísmica. Los sismos lentos, asociados a este abatimiento, han generado microsismos en zonas como Mixcoac y Barranca del Muerto, sin embargo, los expertos creen que otras áreas, especialmente las situadas más al norte de la capital, podrían estar experimentando este mismo fenómeno.
Zonas en riesgo
Aunque hasta ahora los microsismos no han superado magnitudes que pongan en riesgo grave las edificaciones, los investigadores subrayan que el riesgo aumenta significativamente si estos movimientos telúricos alcanzan o superan una magnitud de 4.5, esto podría provocar deslizamientos en zonas montañosas, como el Ajusco y el área del Periférico, al sur y poniente de la ciudad, consideradas de alta vulnerabilidad.
A pesar de que estos sismos no representan una amenaza inmediata para la infraestructura de la ciudad, los expertos alertan que la situación podría cambiar; Víctor Manuel Cruz Atienza, sismólogo de la UNAM, advirtió que no se debe subestimar el potencial sísmico de estas fallas, recordando el error cometido antes del devastador terremoto de 1985.
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