En la Ciudad de México, un simulador de desastres único en América Latina se ha convertido en el lugar de entrenamiento clave para perros rescatistas que desempeñan un papel crucial en la búsqueda y salvamento de personas en casos de sismo y otros desastres
El simulador, propiedad de la Dirección General de Análisis, Protección y Seguridad Universitaria (DGAPSU) de la UNAM, presenta una variedad de escenarios desafiantes. Entre estos se incluyen escombros, edificios colapsados, vehículos volcados, situaciones de riesgo en camiones y una intrincada red de túneles y escaleras.
Binomios caninos de todo México, incluyendo aquellos del Ejército y la Marina, así como equipos internacionales de rescatistas, acuden a este espacio para capacitar a los perros y a sus manejadores. El simulador busca proporcionar a los binomios caninos la experiencia de la mayor cantidad de situaciones posibles.
Julio Velázquez, coordinador de la Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la UNAM, explicó: “Los perros no realizan el rescate. Ellos encuentran a través del olfato a personas debajo de los escombros y avisan de su presencia a través de ladridos para que posteriormente se haga el rescate”.
Uno de los aspectos más destacados del simulador es su estructura de tres pisos con sótano, que permite recrear escenarios complejos, como bajar a un perro mediante una polea hasta el sótano para detectar si hay personas atrapadas.
Además del entrenamiento de los perros, los manejadores también aprenden habilidades esenciales como rapel y primeros auxilios. También se les enseña cómo realizar la demolición de muros para acceder a las personas localizadas por los perros.
La Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la DGAPSU de la UNAM se formó después del trágico terremoto de 1985 en la Ciudad de México. Al principio, la capacitación de perros para la búsqueda y rescate fue un desafío, lo que llevó a la unidad a buscar asesoramiento de equipos extranjeros y unirse al Organismo Internacional de Equipos de Búsqueda y Rescate.
Hoy en día, la unidad brinda asistencia en desastres tanto en México como en el extranjero, habiendo participado en numerosos eventos, incluidos los terremotos de 2017 en CDMX y el desastre en Japón en 2011, conocido como el “desastre perfecto”.
Aunque el simulador pertenece a la UNAM, su complejidad y la calidad de sus escenarios han atraído a equipos y binomios caninos de todo México, y también se realizan pruebas de certificación para los binomios con jueces internacionales.
La Unidad Canina de Búsqueda y Rescate de Personas de la UNAM está abierta al público en general, y su equipo de 33 perros y 30 personas incluye a muchos voluntarios que se acercaron con sus propios perros. No hay restricciones de raza o tamaño para los perros, pero el entrenamiento lleva alrededor de dos años y medio para que tanto el perro como su manejador estén preparados para apoyar en situaciones de desastre real.
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