Gustavo Lomelín C.
En su libro “El Camino de México”, el canciller Marcelo Ebrard, aspirante de Morena a la Presidencia de la República, expone su vida, su historia, su formación y su visión para llevar a México a su máximo potencial de crecimiento, desarrollo y bienestar para alcanzar su mayor grandeza.
“Tengo la convicción de que México está destinado a la grandeza….Mi ambición se resume en 3 objetivos primordiales: acelerar el desarrollo de México, establecer condiciones de seguridad para todos y hacer crecer el bienestar, ensanchar nuestra clase media hasta llegar a un punto en el que dejemos de tener la extendida pobreza que nos caracteriza”. Por eso, dice, alcanzar la presidencia de la República sería la mejor vía para lograrlo.
Sin duda nos jugamos el destino de México. “Estamos ante una década especial que equivale a varias décadas habituales…En ese tránsito, en el país tenemos que maximizar las ventajas y reducir drásticamente nuestras debilidades….El crecimiento de la economía se lo agradeceremos en buena medida a las mujeres, porque sumando su talento y productividad, llegando a mayores niveles de participación en la generación de riqueza, podríamos alcanzar más de 4% de crecimiento económico y generación de riqueza”, señala Ebrard Casaubon.
El fin último de toda política de izquierdas en México es aumentar aceleradamente la proporción de las clases medias en la población. Según el INEGI, hoy la clase media representa sólo 37 por ciento de la población. Por eso él plantea: “Debemos rebasar el 51 por ciento en esta década. Cambiaría la morfología del país y su capacidad de crecer”.
Con Ebrard seguirá la plena etapa constructiva de la cuarta transformación, para llevar hasta su máxima capacidad su potencial constructivo y esperanzador. “Lograr que se concreten todos sus fines. Todo lo que he vivido y relatado en este libro me dice eso. Es lo que aprendí. Sé cómo hacerlo”, argumenta el aspirante presidencial puntero en las encuestas serias.
Se unió desde hace 23 años a la causa de Andrés Manuel López Obrador por coincidir en la creación de un Estado de bienestar en nuestro país y un sistema plenamente democrático. En ello se mantiene con miras al futuro que habrá de venir.
En efecto, el momentum mexicano para pasar de ser la 15ava a la novena economía del mundo es posible, dado el nearshoring, el T-MEC y la posición geopolítica de México con Estados Unidos. Pero solo con un liderazgo con esa visión como la de Ebrard se alcanzará el máximo potencial para lograr la mayor grandeza de nuestra nación: continuidad con cambio.
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