Sin naturaleza, no hay emociones. Sin emociones, no hay naturaleza. (N. Luna)
Según Erich Fromm psico-analista, los celos son una respuesta innata de los seres humanos. Freud; Es el miedo a perder el objeto del amor, como personas, cosas y/o metas de vida.
Los celos se escabullen repentinamente en la escucha, lo verbal o visual, habilitando un sentimiento de pérdida no comprendida, se une, un monólogo mental desconcertante, con pensamientos cuestionables de incertidumbre, enojo, asombro o duda, expresados en un
¿Por qué? con exclamaciones, como: “Me vio el que me gusta y se fue con mi amiga”, “Quien abraza a mis padres”, “No le gusté, y mira a otras”, “no quiero sentir esto” frases raudas, que arrojan al individuo a un segundo plano, desencadenando sensaciones invasivas hacia su confort exclusivo. Es un proceso necesario que recibe y gestiona, la aparente pérdida cuestionada, sea ésta “tangible o intangible. Síntomas que le acompañan: sonrojos, llanto, enojo, calentamiento súbito de cara y cabeza, incertidumbre, ofuscación, movimientos de manos y ojos, urgencia por solucionar el malestar.
Los escenarios van desde la vida personal, familiar, social, emocional hasta el Ocio. El cierre de esta respuesta innata aterriza con una culpa manejable, “Yo nunca había sentido esto”, incorporándose a una resiliencia exprés. El impacto se sobrelleva con reflexiones entre amigos, familia, mentores o literatura, sin alterar la homeostasis mental, personal y social, recuperando el confort exclusivo. Los celos innatos enriquecen el carácter y la personalidad, obteniendo una pasión constructiva hacia sus metas y preferencias.
Sin embargo, los celos innatos, son quebrantables, pueden enfermar sin percibirse, no hay causa exacta, emergen en el diario vivir como celos patológicos y/o celotipia. El DSM V publicación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales describe que es un subtipo del trastorno delirante irreversible y multifactorial, relacionado con la esquizofrenia. El Dr. Alfredo Whaley, coordinador de la Clínica de Género y Sexualidad del Instituto Nacional de Psiquiatría, describe, que hace pensar al paciente que su pareja es infiel, afecta más a hombres que a mujeres después de los 30 años, sin importar preferencia sexual, clase social, raza, ideología, ni religión.
Desde la perspectiva psico-terapéutica, el individuo recorre fases de confusión, desconfianza, sentimientos de amenaza y paranoia, empujando a una distorsión cognitiva, la cual no permite recibir, ni gestionar la pérdida del objeto del amor, arrojándolo a un rol anónimo de victimario(a) que va de pasivo a peligroso, convirtiendo su enfermedad en un estilo de vida. Síntomas: Inicia meticulosamente, un nido emocional ilusorio para atraer a la víctima. Tiene urgencia inmediata para que ésta, anide pronto. La aleja de probables obstáculos que le impidan anidarla, como es la familia y amigos. Un discurso muy recurrente que usan es
contradecir ideas, que para los demás son correctas. Si requiere hacer daño, a otras personas para obtener a la víctima, lo hará sin dudarlo.
Arremete sin claridad a rituales repetitivos, que lo llevan a mostrar el delirio para no perder a su víctima. Intensifica una estrategia manipuladora, con pensamientos obsesivos de mañana, día y noche, llevados a la acción, como: acoso telefónico, mensajes, acecho, reclamos en diferentes grados, violencia verbal latente y progresiva, cuando ya genera el control mental y emocional, se abren todas las posibilidades del victimario para el cautiverio psicológico de la víctima, sea presencial o a distancia, hasta llegar al daño físico y la integridad misma.
La celotipia, puede ser tratable y temporal, en otros casos hay daños irreversibles e Intercede un Marco Legal y/o Atención multidisciplinaria de Salud. Lo significativo es detectar las alertas para prevenir y buscar soluciones inmediatas.
Reflexión: “El tigre macho, nunca le quita la vista a su hembra, hasta el más ligero movimiento de su cola capta su atención. El oso pardo pasa la garra protectora y posesiva sobre la hembra, un solo gruñido basta para alejar al competidor, los celos también ciegan y ensordecen a los animales, pero no deteriora su condición. En el ser humano si marca su deterioro. La Celotipia no es sinónimo de amor, ni galantería, es veneno puro para la homeostasis mental”
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ
Agregar comentario