Edmundo Jacobo Molina, secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE) renunció a su cargo no obstante haber ganado de manera legal su reincorporación a la luz de la reforma electoral que impulsa el Ejecutivo Federal.
El funcionario anunció en conferencia de prensa, que presentó a la presidencia del Consejo General su renuncia al cargo de forma irrevocable, con efectos a partir del próximo 3 de abril. Aseguró que “esta separación de actividades es clave porque permite una continua revisión y examen del trabajo electoral”.
Desde que asumió el cargo, enfatizó Jacobo, diseñó una Secretaría Ejecutiva discreta, con bajo protagonismo público “para aislar la operación institucional del trajín propio de las contiendas entre las distintas fuerzas partidistas”.
Es decir, para evitar la politización de las actividades técnicas y ejecutivas del Instituto que, por definición y de acuerdo con la organización administrativa establecida por la Constitución, debe atender a criterios estrictamente técnicos.
Desafortunadamente, lamentó el secretario ejecutivo, “el diseño institucional que procuramos durante tantos años, así como el equilibrio que con el mismo siempre se ejecutó, fue roto en los últimos meses por algunos actores políticos que, en el más reciente debate sobre la reforma electoral, hicieron de la operación técnica, necesariamente imparcial, parte del debate político”.
Ante medios de comunicación, Edmundo Jacobo sostuvo que la notoriedad que sin buscarla adquirió, luego de su cese como secretario ejecutivo por el llamado Plan B de la reforma electoral, así como la presentación y resolución del amparo interpuesto por su persona, “constituye un impedimento -desde mi punto de vista- para continuar desempeñando con discreción y eficacia las actividades propias de la Secretaría Ejecutiva”.
“Por ello, estoy convencido que, conforme a la ética de la responsabilidad, es el momento de retirarme”, dijo.
Además, reiteró que los litigios que presentó contra una norma inconstitucional que indebidamente lo cesaba, “nunca tuvieron como finalidad la consecución de un beneficio personal”, sino la conservación del Estado de derecho, en el que se respeten las competencias conferidas por la Constitución a los órganos primarios del Estado.
Renuncia es de carácter irrevocable
“He cumplido un ciclo en la Secretaría Ejecutiva del Instituto para servir al INE y a la democracia mexicana, lo que concibo no como un trabajo, sino como una causa. Es tiempo de que quien sea designada o insaculada para presidir esta institución proponga a sus pares una persona que acometa con diligencia y rectitud las tareas de la Secretaría Ejecutiva”, mencionó.
La renuncia presentada, dejó en claro Jacobo Molina, es de carácter irrevocable porque no lo anima el preservarse en una posición laboral, sino la defensa de la ley y de las instituciones.
Jacobo Molina agradeció a las consejeras y los consejeros electorales, así como a la sociedad que lo acompañó en su trayecto como secretario ejecutivo a lo largo de poco más de 14 años.
“Con mi renuncia, respondo a las y los mexicanos que me han respaldado que estoy con ustedes, que soy uno más entre millones dispuesto a defender la democracia y la construcción de una sociedad más justa y equitativa”.
De manera particular, agradeció al exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita y al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello su confianza, su apoyo y sus enseñanzas.
Finalmente refrendó su compromiso por seguir trabajando en favor de la democracia y la ciudadanía desde otros ámbitos.
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