Redacción: Inés Arroyo
Alberto Gironella (1929-1999) es reconocido como uno de los exponentes más importantes del surrealismo en México, aunque su influencia va mucho más allá de este movimiento. Su obra mantiene vivos los lazos entre la cultura mexicana y el surrealismo, reforzados por su amistad con André Breton, líder del movimiento surrealista, quien celebró su arte diciendo: “¡Viva Gironella! El surrealismo no ha muerto”. Sin embargo, en México, su contribución no siempre es reconocida y ha sido omitida en recientes muestras relacionadas con este estilo.
La exclusión de Gironella en la exposición *Una tuna y una torre de luz sobre un pupitre* en el Museo de Arte Moderno (MAM), que aborda el surrealismo de forma parcial, sorprendió a su hijo, Emiliano Gironella Parra. Considera que su padre debería figurar en cualquier selección de surrealismo mexicano.
Brenda Caro, curadora en jefe del MAM, explicó que la muestra se organizó con las piezas del propio acervo del museo, el cual no cuenta con suficientes obras de Gironella de su periodo surrealista. Además, algunas de sus piezas necesitan restauración, como *Al alimón* (1994), que se exhibió el año pasado y actualmente requiere conservación.
Aunque Gironella no aparece en esa muestra, su obra está presente en el programa *Ficciones de la modernidad* del MAM, en la exposición *En pugna*, que explora los cambios conceptuales en el arte mexicano. En esta exhibición se incluye *El mesón* (1959), una pieza que, según Caro, demuestra el impacto de Gironella más allá del surrealismo, destacando su influencia en la pintura y su visión disruptiva.
Vinculado también a la generación de la Ruptura, Gironella dejó un legado artístico que cruzó fronteras. En la casa parisina de Breton, un sitio icónico del surrealismo, una de sus obras ocupa un lugar central, siendo el único representante de América en esa colección, ahora recreada en el Centro Cultural George Pompidou.
Asimismo, *Francisco Lazcano en su taller* (1965-66), cuadro que Gironella dedicó a Breton y que se exhibió en el Museo Nacional de Arte en 2012, evidencia la relación entre ambos creadores.
Hoy en día, su legado y relación con otros artistas surrealistas pueden apreciarse en la exposición *Gironella y Vlady, los pintores del tiempo* en el Centro Vlady-UACM. Esta muestra incluye documentos y libros que André Breton dedicó a su amigo mexicano, recordando la amistad y el respeto que unieron a estos dos artistas.
A 25 años de su fallecimiento, la obra de Alberto Gironella sigue siendo clave en el análisis de los vínculos entre el arte mexicano y el surrealismo.
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