En la búsqueda de acciones favorables para el sector turístico durante los tiempos de austeridad (contundentes, no para la exhibición en redes sociales que de poco sirve), se pueden pasar horas, múltiples conversaciones y algunos disgustos.
Voces en contra y a favor (claro que las hay) de la administración defienden con argumentos su posición. Es evidente que la inconformidad de turisteros se ahoga en un respetuoso silencio.
Aun así, hay destellos de esperanza. Al comenzar el mes, el director de Innovación del producto turístico del Gobierno Federal, Mauricio Aarón Reyna Guerrero, envió un gran mensaje-invitación a la comunidad de expertos comercializadores del sector.
El funcionario está a cargo de la organización de un viaje de familiarización al desarrollo ecoturístico de la Islas Marías. El objetivo es mostrar los avances del nuevo producto turístico que se creó en la zona de triste recuerdo. En la pasada Feria Internacional de Turismo (FITUR), en Madrid, ya se habló de una próxima apertura a excursionistas.
De concretarse el viaje y de escuchar los comentarios de los asistentes, sin duda, será uno de los grandes recuerdos del sexenio por considerar al sector privado, como de por sí debe ser.
Un detalle que se puede leer en la invitación enviada, justo para evitar la presencia de vivales, es que la misma es nominal, personal e intransferible.
Entre la información oficial que circula sobre el nuevo destino turístico-ambiental, en el que no habrá pernocta y del cual se hablará bastante en las siguientes semanas, se comparte:
Las Islas Marías son un sitio sagrado de México que transforma la conciencia de todo aquel que las visita con respeto y un corazón abierto. Un archipiélago de cuatro islas (Cleofas, María Magdalena, San Juanito y la Isla María Madre), en las que confluye un ecosistema indispensable para el ciclo de la vida en el planeta, ya que alberga más de 1590 especies, 1265 son de fauna y 172 son de flora, 50 de ellas están catalogadas en situación de riesgo y otras que además de ser endémicas se encuentran en peligro de extinción como el loro cabeza amarilla y el conejo de Islas Marías.
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