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Una crónica de la Plaza de Toros

NOTA Redacción ANCOP

Con el público de pie, entre aplausos y olé (esa expresión que manifiesta alegría o entusiasmo en algunos espectáculos, principalmente en la tauromaquia), el matador de toros, Diego Sánchez cortó una oreja para luego dar una vuelta al ruedo como agradecimiento, tras una destacada faena frente a Machito, un toro de la ganadería Barralva con un peso de 506 kilos.

El sol se ocultó en la Monumental Plaza México para recibir a Diego Sánchez, Arturo Macías y Fermín Rivera, enfundados en su traje de luces, los matadores salieron a pedir el permiso del juez y el público en la corrida del 20 de febrero.

Primero se dio un Con homenaje entre aplausos, por el fallecimiento del empresario Rafael Báez, amigo por más de 58 años del matador Eloy Cavazos. Luego, fue la presentación del rejoneador Paco Velásquez, partiendo plaza en su caballo frente a Don Daniel, un toro de 501 kg de la ganadería Zacatepec.

Teniendo un aviso encima, dio paso a los Forcados Amadores de México, quienes hasta su segundo intento levantaron al público de sus asientos con una ovación de aplausos.

En una faena regular, pero con una muy buena estocada al final, Arturo Macías tuvo su presentación con un aviso y silbatina del público. Se enfrentó a Cordobón, un toro de Lidia de 501 kilos, el cual se notó muy distraído y a pesar de los intentos de Macías, la tarde no se prestó para que fuera una de sus mejores presentaciones. Con poco y menos, agradeció y se despidió del ruedo.

Con una faena muy pobre, Fermín Rivera le hizo frente a Caleto de 522 kg, mismo que perdió su fuerza luego de recibir castigo de más por parte de los picadores. Tras dos intentos fallidos, Fermín logró sobreponerse a Caleto, mismo que minutos antes de partir recibió una vuelta de despedida a la plaza.